En su libro publicado en 2003 por la Editorial de Ciencias Sociales, La Guerra Secreta. Acción Ejecutiva, el General de División de la reserva Fabián Escalante Font, precisa una primera etapa de planes para atentar contra la vida del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, durante la lucha insurreccional antibatistiana.

El alto oficial cubano fue fundador de los órganos de la Seguridad del Estado, destinado en julio de 1961 al denominado Buró de Atentados, la unidad que entonces investigaba los complots y las conspiraciones contra los dirigentes de la Revolución.

Como él mismo refiere en el documentado ensayo, la contrainteligencia cubana registró específicamente contra Fidel más de 160 complots (planes a punto de materializarse), y aproximadamente 470 conspiraciones, es decir, proyectos homicidas en la fase preparatoria.

A manera de exordio de la investigación, Fabián Escalante Font escribió el relato Preámbulo de una Obsesión, donde aparecen detalles de la conjura enemiga para asesinar al máximo líder revolucionario, antes de la victoria del primero de enero de 1959.

El General de División de la reserva Fabián Escalante Font, recoge que en abril de 1959 Alan Robert Nye fue sancionado por los tribunales revolucionarios, y luego expulsado del país, para lo cual fue entregado a la embajada de los Estados Unidos en La Habana.

De acuerdo con reportes de la prensa de la época, Alan Robert Nye fue indultado por las autoridades cubanas tras ser sentenciado a la pena capital en un juicio donde se demostró su participación en el plan de asesinar a Fidel en las postrimerías de la guerra de liberación.

En el proceso seguido contra él, se probó igualmente que trabajó como agente de los servicios secretos norteamericanos dentro de grupos de exiliados cubanos en los Estados Unidos, y que incluso por indicaciones del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) destruyó personalmente aviones F-51 en el aeropuerto de Fort Lauderdale, en la Florida, que habrían sido comprados para apoyar a la insurrección contra la dictadura batistiana.

Fabián Escalante Font sostiene que a partir del triunfo de enero de 1959, el gobierno de los Estados Unidos aplicaría un elemento nada novedoso de su política tradicional: eliminar al dirigente cubano como medio más expedito para derrocar a la Revolución Cubana. 

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