Somos más que uno, somos millones
2022-11-11 08:44:39 / web.radiorebelde@icrt.cu / Demetrio Villaurrutia Zulueta
Foto: José Manuel Correa
No conozco en qué nación del resto del planeta pudieras encontrar a científicos reconocidos cooperando, apoyando, trabajando en la reconstrucción de algún centro escolar, círculo infantil, farmacia u otra obra más allá del entorno de un laboratorio o instalación experimental. Nuestros científicos, los cubanos, sí. Y es la gran diferencia.
Sucedió en una institución donde se educan niños de la primera infancia, que apenas conocen qué es un huracán y la fuerza destructiva de sus vientos; aunque sin embargo, sí comienzan a entender el valor de la solidaridad y el amor, porque junto a ellos conviven ahora mismo, un grupo de científicos que hicieron posible la hazaña de revertir, en tan solo ocho días, las profundas huellas dejadas por Ian que destruyó ventanas y parte de su “escuelita” como ellos mismos la llaman, en un abrir y cerrar de ojos.
No es un hecho de ficción, sino real. El escenario fue el circulo infantil Futura Generación, ubicado en el municipio de San Luis, territorio de gente sana, sencilla, que guapea y no tiene miedo, a pesar de ser uno de los tres territorios junto a la capital provincial y San Juan y Martínez donde los estragos de Ian alcanzaron su mayor saña.
En el recorrido por San Luis y desde el mismo comienzo en la capital Pinar del Río, Díaz-Canel recibió enormes muestras de cariño y reconocimiento, que es también a la obra de la Revolución y a lo que él representa.
“Pinar del Río le está muy agradecido a usted y confiamos en la Revolución”. Con esta frase dicha a pleno sol, se evidenció la lealtad de un pueblo, que todavía está inmerso en su recuperación, pero conoce que nunca ha estado solo, porque hermanos de todas las provincias acudieron a apoyar. Es lo que hace una verdadera familia cuando tiene problemas, se une, y comparte lo que tiene no lo que les sobra. Por eso el presidente respondió emocionado “nosotros también confiamos en Pinar del Río”.
Foto: Estudios Revolución
La vida en San Luis se va transformando paulatinamente. El ir y venir de su gente lo demuestra; se habla reiteradamente de cómo seguir recuperando el tabaco que en toda la provincia fue afectado en más de 14 mil toneladas aunque se han recuperado ya unas 10 mil; se implementan estrategias también para la siembra de este importante renglón que recién acaba de comenzar; se buscan alternativas para la alimentación con la siembra de renglones de ciclo corto en cultivos varios.
Como si fuera poco, en esta tierra de tabaco, asistimos en una comunidad al empuje y fuerza de un país. Veinte casas se construyen con madera robusta, tomando como experiencia el legado de los camagüeyanos que aplicaron esta idea cuando les azotó un huracán de similar magnitud a Ian.
Lo más significativo es que allí, no solo llegó la idea, sino también los brazos de los agramontinos para contribuir a cambiarles el rostro y la vida a sus hermanos pinareños. El lugar es un avispero y coexisten trabajadores del sector de la cultura, jóvenes y de varios organismos junto a integrantes de las familias que serán beneficiadas. Díganme si la fuerza de un país no puede derrotar ciclones. Sí que puede.
Foto: Mireya Ojeda Cabrera
San Luis, como San Juan y Martínez y la propia capital provincial, aunque no olvidan esa noche-madrugada en la que Ian se enseñoreó por su predios, van borrando y con creces ese imagen; porque otra de mayor contundencia, convertida en huracán humano ha venido a hacer renacer lo que el viento y las lluvias se llevaron.
Eso es Cuba, donde a pesar de escaseces materiales y bloqueo recrudecido, su gente guapea, ríe en medio de sus problemas, sencillamente porque están convencidas de que somos más que uno, somos millones.