Las mañas mieleras de Eliseo Herrera, en el Cambao
Fernando Dávalos
Colaborador Rebelde
21 de Julio de 2008, 1:00 p.m.
La Habana, Cuba. -Algunos podrían pensar que las abejas de Eliseo Herrera, allá en Cambao, Yaguajay, hacia el extremo noreste de la provincia central cubana de Sancti Spíritus, poseen una capacidad productiva superior, son buenas acopiadoras de alimento en los campos y se reproducen como por “arte de magia”.
Nada de eso, la maña aquí la pone Eliseo Herrera y no tiene nada de trucos ni se acoge a “especiales” condiciones ambientales, lo único que este criollo pone con más intensidad es su trabajo y el buen manejo de las colmenas.
Estas sencillas razones explican por qué el año pasado logró 155 Kg. de miel por apiario y desde el año 2000 no baja de los 110 kg. Se entiende que 70 kg es un buen resultado, pero Eliseo completó 27 toneladas en el 2007, con solo 170 de esas colmenas, razón para que en Yaguajay lo cataloguen como el “rey de las abejas”. Este guajiro mielero es entendido como experto, que visita cada diez días sus colmenas para verificar que la reina ponga hasta 3 000 huevecillos diarios, lo que garantiza de existencia de obreras.
Eliseo conoce que este “detalle” es imprescindible por que las abejas nacen en 21 días y demoran otros 21 en volar, durante dos o tres meses, que es su promedio de vida. Si no se visita con esa frecuencia el apiario, la reina pudiera estar muerta y dejan de nacer no pocas abejas; entonces, por mucho que corra para volver a tenerlas listas, se demora unos seis meses en “levantar”. Por eso Eliseo no falla, siempre recorre sus colmenas y antes de castrarlas las alimenta. Si no tienen comida suficiente pudieran hasta matarse.
Este productor privado se esmera en el crecimiento vertical requerido, y no pierde el rumbo con cada colmena, lo que evita las plagas. Eliseo trabaja sin guantes, por lo que recibe picadas, pero emplea sus manos en extraer propóleos, un producto demandado de las abejas y, además, se informa cómo está su producción de miel.
También conoce que dos veces al año los animalitos tratan de reproducirse y abandonan la colmena. Para impedir que se “boten enjambres”, Eliseo cambia la reina y las nuevas obreras se mantienen en producción, pero si falla la prevención sale a cazar abejas en el campo.
Es algo inusual, pero lo lleva a cabo. Localiza un revoloteo de abejas y les acerca una pequeña caja, que resulta una cobija segura para aquellas: las “convence” y recupera sus hijas extraviadas, y no decae la producción de miel. Eliseo mantiene así su cota de primer productor, siempre con mañas que no tienen nada de trucos, sino ingeniosidad y trabajo. Tampoco nada de magia ni excepcionales condiciones ambientales, que no son malas, pero lo que pone en juego es su experiencia inteligente de 15 años entre abejas.
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