Eternos estudiantes
17 de Noviembre de 2008, 3:10 p.m.

LA HABANA, CUBA.- El primer y más profundo amor, los mejores amigos, los conocimientos del presente y del futuro. Todos convergen en esa etapa indeleble que es la de estudiante. Un período en el que la inmadurez, a veces, no nos  permite aprovechar a plenitud el tiempo donde se sientan las bases de nuestra conducta, de nuestra vocación futura. 

La asignatura pendiente, la calificación injusta, la negligencia de no realizar las tareas o el profesor intransigente quedan para siempre en la memoria para contar. Mas, también los mejores momentos vividos en actividades festivas, deportivas, concursantes.

El estudiante, sin pretenderlo, cuenta con un tiempo valioso, con el privilegio de poder estudiar, de hacer rendir su juventud. La oportunidad de leer a los autores preferidos, de consultar a los que saben más porque aprender, es la tarea de orden.

Estudiar, pero no para fijar datos momentáneamente, para aprobar un examen o responder una pregunta del profesor. Se trata de que lo aprendido en el aula, lo orientado por los maestros se convierta en conocimientos para aplicarlos a lo largo de la vida.

Esa es la misión de chicos y adolescentes, de todos aquellos que gozan de transitar de un nivel de enseñanza a otro y hoy, 17 de noviembre, festejan su día.

Los estudiantes son el baluarte de la libertad, dijo José Martí. En ellos está el porvenir, el futuro abogado, doctor, informático, maestro o también el mecánico o electricista. Quizá, no lo saben a ciencia cierta los colegiales.

Lo sabrán luego, cuando vean el fruto de su trabajo gracias a lo aprendido y sentirán entonces una inmensa nostalgia repleta de recuerdos y, a la vez, el placer de sentirse siempre, eternos estudiantes.