Por: Alejandro Cosme Quiñones.
En el corazón de Morón, Ciego de Ávila, donde el gallo de bronce vigila la ciudad y las torticas endulzan la memoria, hay un hombre que ha convertido el teatro en trinchera, en escuela, en hogar. Orlando Concepción González no solo dirige la emblemática Compañía D’ Morón Teatro, sino que también representa a su pueblo como Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, su vida es un testimonio de cómo el arte puede sembrar esperanza en los rincones más olvidados.
Desde sus inicios como instructor de arte, Orlando entendió que el teatro no debía limitarse a las salas ni a los aplausos. Fundó D’ Morón Teatro con la convicción de que la cultura debía ser vivida, compartida y defendida. Bajo su dirección, la compañía se convirtió en un laboratorio creativo que ha dado vida a obras memorables, como las estatuas de barro y la impactante “Medea de barro”, que llevaron el teatro a las calles y plazas, donde el pueblo se convirtió en espectador y protagonista.

Pero si hay un proyecto que resume su visión, es Crecidos por la Cultura. Esta iniciativa, nacida desde la entraña comunitaria, llevó el arte a las zonas más vulnerables de la provincia. No fue solo teatro: fue convivencia, diálogo, abrazo. Los actores de D’ Morón Teatro se instalaron en comunidades rurales, compartieron el pan y la palabra, y ofrecieron espectáculos que hablaban de identidad, de sueños. El proyecto no solo formó públicos, sino que sembró vocaciones, despertó talentos dormidos y fortaleció el tejido social desde la cultura. El teatro se convirtió en escuela de valores, en refugio emocional, en espacio de construcción colectiva. Y Orlando, como guía, supo escuchar, acompañar y potenciar cada gesto creativo.
Su trabajo ha sido reconocido con múltiples galardones, entre ellos el Premio Nacional de Cultura Comunitaria y la Medalla Raúl Gómez García. Ha sido Vanguardia Nacional durante diez años consecutivos, y su compromiso lo llevó incluso a cumplir misión internacionalista en Venezuela.

Hoy, como diputado, lleva esa misma sensibilidad al Parlamento. Su voz representa no solo a los habitantes del municipio Primero de Enero, sino a todos los que creen que la cultura no es un lujo, sino un derecho. Su gestión política está marcada por la misma entrega que lo define como artista: cercana, comprometida, profundamente humana.
Orlando Concepción González no busca protagonismo. Su mayor premio es el reconocimiento del pueblo, ese que se gana con constancia, entrega y arte. Y en cada función, en cada comunidad tocada por “Crecidos por la Cultura”, ese reconocimiento se multiplica.
