El colectivo de trabajadores del Laboratorio provincial de Ortopedia Técnica y Calzado, es ejemplo de cuánto se puede hacer, cuando hay sensibilidad y motivaciones.
“Nos enfrascamos en poder solucionar la problemática que existe con la materia prima, para poder darle una buena satisfacción de calzado a los pacientes, que en estos momentos, producto del bloqueo que tiene el país, se ha visto con limitaciones de algunas materias primas; y nosotros tratamos de buscar las soluciones que estén a nuestro alcance para poder ofrecer ese servicio”.
El Jefe del Departamento de Calzado y Ortopedia, Orlando Sarduy Goodridge, encabeza un colectivo innovador.
“Una materia prima esencial en este tipo de calzado especializado, buscamos la manera de sustituirla, y así hemos logrado salir adelante. Se hicieron pruebas técnicas, y de uso en pacientes. Hoy esa innovación que se realizó en Camagüey, que fue la sustitución de la goma microporosa por polifón que es liso, tuvimos que innovar para crearle porosidad, una especie de ventosa, para que los pacientes no resbalaran”.
La innovación, Premio Nacional de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), “está generalizada en el país, y ha dado respuesta a más de cuatro mil o cinco mil pares de zapatos, para los pacientes con necesidades especiales. Eso no estaba proyectado, porque no había la materia prima en existencia para poder lograr llegar a estos pacientes”.
— En el año, como promedio, ¿cuántos pacientes atienden en las diferentes situaciones o patologías?
“Normalmente tenemos alrededor de tres mil o tres mil 500. Este año no podemos alcanzar esa cifra; pero hemos tomado alternativas para poder llegar a más pacientes con menos materia prima. Hemos decidido hacerle en el calzado convencional, las adaptaciones que necesite.
“No confeccionar un calzado completo, porque eso nos traería derroche de materias primas que se pueden aprovechar en otros; y alcanzar más pacientes. De esa forma, si el grado de complejidad es mayor, entonces, a ese paciente sí le confeccionamos el calzado completo”.
—- ¿Y la opinión de los pacientes ante esas alternativas…?
“Hemos recibido mucho apoyo de los pacientes. A veces no es solo resolver el problema, sino que el paciente sea capaz de concientizar que estamos viviendo momentos difíciles. Es un medio de ayudar a solucionar ese problema, porque en realidad estamos muy limitados, el país está totalmente bloqueado, y las importaciones todos los días son más caras”.
–¿Cuánto cuesta un servicio de este tipo en otro país?
“Depende de la complejidad, puede ser de 200 y hasta 300 dólares. Creo que el logro mayor que la ortopedia técnica esté avanzando como ha avanzado, es gracias también a los pacientes que tenemos, porque ellos cooperan en buscar soluciones”.
— Como promedio, ¿cuánto le cuesta a un paciente en Cuba un zapato con determinadas condiciones especiales?
“El precio del calzado es totalmente subsidiado por el Estado. El calzado puede costar hasta 277 pesos, que es el más complejo; pero al paciente se le vende a 25 pesos. El Estado cubre, subsidia toda esa diferencia, por la sensibilidad humana que tiene esta Revolución.
“Como trabajador de este laboratorio, digo que las personas no saben a veces valorar cuánto gasta este sistema de salud en un paciente, y no solo ver los 25 pesos que ellos dan por el calzado; porque detrás de esos 25 pesos hay materia prima que alcanza el costo de hasta 500 pesos, y es un solo paciente”.
Con el ingenio, la inteligencia y el corazón puesto en las manos, cada día, Orlando Sarduy y el colectivo que dirige en el Departamento provincial de Ortopedia Técnica y Calzado, buscan soluciones para mejorar la calidad de vida de los pacientes
“Esto es lo mejor que se ha creado. El movimiento de la ANIR, es el motor impulsor, es el que lleva a cabo la solución de todos estos problemas que cada día se agudizan más, y todos sabemos quién es el culpable”.
En el actual 2025, el Laboratorio Provincial de Ortopedia Técnica y Calzado de Camagüey celebra 60 años de trabajo, en los que han faltado recursos y materias primas, como consecuencia del bloqueo de los Estados Unidos; pero nunca, amor y dedicación, iniciativa e innovación, para que los pacientes sigan caminando.
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