Por Elsa Ramos Ramírez
Con mucha autoridad, ofensiva feroz y golpeo eficaz de puños y piernas en todos sus combates, el taekwondoca Yoikel Goicochea Henry se convirtió en el rey de los más de 80 kg en los Segundos Juegos Panamericanos Junior de Asunción, Paraguay.
Tras pasar la dura prueba del primer combate ante el brasileño Erick Batista que debió remontar, se impuso fácil al mexicano Víctor Ramírez y derribó sin mucho sobresalto la resistencia del colombiano César Silva, el número uno del ranking en el continente.
«Me sentí bastante feliz, hicimos lo que habíamos trabajado durante todos estos meses. Como yo soy uno de los atletas que menos pesa en mi división y uno de los más altos, la estrategia que tomamos fue mantenerlo fuera de la distancia y si llegábamos a la corta distancia trabajar yo primero.
«El combate más duro fue con el que discutí el oro, que es el primero del ranking desde que empezó la clasificación, pero ya me había enfrentado con él en el clasificatorio y le logré ganar con lo mismo que ejercí ahora».
Cuando entró en calor, después de perder el primer asalto, Goicochea no perdió nunca más.
«El primer combate fue el que entré un poco más presionado, sabes, el escenario nuevo, el público y hacía mucho frío y eso también como que uno está adaptado al calor y eso. Pero bueno, en el primer asalto fui superándolo y ya en el segundo asalto ya estaba en forma. Y ya todos los demás combates en lo adelante, me fue un poco más fácil».
Escuche el reporte radial:
A diferencia de otros deportes, el taekwondo apenas tiene roce internacional por eso lograr una medalla aquí tiene tanto valor.
«No tenemos con tanta competencia en el exterior y eso es un poco duro porque a nivel general en el mundo entero hay bastante eventos internacionales y van enfrentándose países de América, Europa, de todos los lugares del mundo y nosotros no tenemos esa posibilidad de ir, pero bueno, siempre hacemos un buen estudio del contrario, preparándonos ahí bastante fuerte para cuando se nos dé la oportunidad, pues poderlos enfrentar y vencerlos. Gracias a ese esfuerzo que ha hecho todo el colectivo técnico y los entrenadores es que uno ha podido saber enfrentarse en estos Juegos».
Hijo de la gloria deportiva de baloncesto, Dalia Henry, Yoikel es consciente de ese peso.
«De muy pequeño vengo con ese cargo de que mi mamá sea una gloria del deporte cubano. Tengo propuesto alcanzar las metas que alcanzó ella en su carrera».
Y si la medalla de oro de Yoikel estremeció a la delegación cubana en Asunción, similar estado provocó el bronce de Anaysel León en los 67 kg. Solo un segundo faltaba para el final e incluso la derrota. Pero sin tiempo para pensar e incluso obligada a hacerlo, la pinareña buscó la solución: una técnica de Wi andary y la muchacha se colgó en su pecho y su peto, su medalla bronceada que arrebató en buena lid a la mexicana Julia Ramírez.
«Yo me preparé, abrí con la primera del ranking que no fue una oponente fácil, pero bueno, ya estuvieron cosas a favor y cosas en contra. Y ella me llevó a este resultado, que haya sido mi primera medalla internacional. Yo estaba muy presionada y el entrenador me dijo que en todo caso que lo escuchara él, que solo sea lo que él me diga y así fue. Logre los resultados gracias a él».
En segundos, Anaysel resumió meses de esfuerzo. “Estaba perdiendo, estaba empatado5-5 y ella estaba ganando porque tenía más toques que yo. Yo logro hacer un andari y ahí logro irme arriba en el combate. Es la experiencia y también tengo miedo de hacerlo mal porque fue el esfuerzo de tanto tiempo y en un segundo se va y bueno, demostré lo contrario” ·
«En estos momentos tú tienes un arma que es lo que tú siempre has entrenado para estos momentos. Es tu arma secreta que sabes que faltando segundos podrás utilizarla, marcar y ahí está la ventaja, tienes que ir mirando el reloj…muchas cosas que tienes que llevar. Yo tengo mucho superior a las demás. Lo que me faltó fue la falta de competencia, solo eso».
Para llegar a Asunción Anaysel como sus compañeros hicieron una preparación muy singular.
«Todo fue con esfuerzo, aquí se vio, saqué el extra de los entrenamientos que no fueron fáciles. Estuvimos realizando bases hasta incluso en provincias con atletas del escolar que tenían menos nivel que nosotros y nos estuvieron aportando demasiado y gracias a eso fueron estos resultados y le agradezco a ellos también, porque no competimos mucho, no tenemos la oportunidad de hacerlo, no tenemos base entrenamiento en otros países».
Fue un combate intenso y dramático en el que la cubana sintió el peso de un país.
«Tengo en encima un peso de Cuba, mi provincia, Pinar del Rio, mi barrio, mi familia y el colectivo técnico».
Pero entre las tantas personas que aúpan estas medallas, sobresale el nombre del joven entrenador Arnoy Rojas para quien sus muchachos cumplieron al pie de la letra la estrategia de combate.
«Como fortaleza somos un equipo ofensivo, que tiene técnicas frontales, somos un equipo que por lo general tiene un dominio de todas las técnicas variadas: hacemos puños, trabajamos bien las técnicas de giro, muy buenas transiciones y tenemos también como como principal fortaleza el físico, siempre tratamos de imponerle el físico al rival y es una etiqueta, una línea que tenemos como equipo y es la que realizamos en esta preparación y es algo que también ya nos está marcando y es una tendencia para el taekwondo cubano».