Según The Washington Post, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se prepara para emitir una orden ejecutiva que cambiaría el nombre del Departamento de Defensa al histórico “Departamento de Guerra”, una decisión que ha generado controversia tanto dentro como fuera del ámbito político. Según la administración, el nuevo nombre reflejaría con mayor precisión el papel activo de las fuerzas armadas en la defensa de los intereses nacionales.
Un documento interno que describe la medida sostiene que “restaurar el nombre “Departamento de Guerra agudizará el enfoque de este Departamento en nuestro interés nacional y señalará a los adversarios la disposición de Estados Unidos a librar una guerra para proteger sus intereses”. La propuesta ha sido insinuada por funcionarios durante semanas, y Trump confirmó en una reunión en la Oficina Oval que el cambio se haría “muy pronto”.
Un cambio con raíces históricas
El Departamento de Guerra fue creado por el Congreso en 1789 y funcionó bajo ese nombre hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue rebautizado como Establecimiento Militar Nacional.

En 1949, una enmienda legislativa le dio su nombre actual: Departamento de Defensa. Cualquier modificación oficial requeriría, en principio, la aprobación del Congreso, aunque la administración Trump podría intentar implementar el cambio como un título secundario dentro del poder ejecutivo.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, insinuó el cambio durante un discurso en Fort Benning, Georgia, al decir que su cargo “podría tener un nombre ligeramente diferente mañana; ya veremos”.

Costos y reacciones
El cambio de nombre implicaría una revisión de señalización, papelería y documentación oficial en instalaciones militares de todo el mundo. Bajo la administración Biden, un proyecto similar para renombrar bases militares costó más de 60 millones de dólares. Hegseth, al regresar al cargo, revirtió gran parte de ese trabajo, restaurando nombres vinculados a figuras confederadas.
Críticos como Brad Bowman, director del Centro de Poder Militar y Político de la Fundación para la Defensa de las Democracias, cuestionaron la utilidad del cambio. “Cambiar el nombre del Departamento de Defensa no ayudará en ese sentido”, declaró.

Origen de la propuesta
La idea habría surgido tras una reunión informal en la Casa Blanca, donde Trump bromeó con Hegseth: “Te pareces más a un secretario de guerra”. Desde entonces, el tema ha sido discutido internamente, y se espera que el anuncio oficial se realice este viernes.
Hasta el momento, los líderes del Comité de Servicios Armados del Senado no han emitido comentarios sobre la propuesta, que podría marcar un giro simbólico en la política de defensa estadounidense.