La Habana, Cuba.- Para los miles de seguidores de la enseña capitalina, el final de la pasada contienda constituyó un terrible cubo de agua fría en pleno invierno, luego de caer barridos en tres salidas por Pinar del Río.

Aquel resultado de 24 carreras en contra, durante el primer enfrentamiento los sacó por completo de la pelea e incluso hubo cambios en la dirección del plantel.

Ahora, tras borrón y cuenta nueva, en esta Serie Nacional de Béisbol, Germán Mesa asumió las riendas del equipo y sin una constelación de estrellas, lo sucedido en los primeros enfrentamientos demuestran que cuando los equipos salen a jugar, esa entrega por la camiseta vale mucho más que los nombres de supuestos estelares.

Basta citar el ejemplo de la línea central, en la cual aparecen dos jóvenes trasladados de la escuelita Metropolitanos y para qué contar.

El camarero Juan Carlos Torriente y el torpedero Leugin Barroso, no solo cubrieron supuesta insustituibles ausencias, sino que guantes y bates en mano, hasta el momento vencen y convencen.

Tal es la filosofía de Germán Mesa y cuentan con el pleno apoyo de los capitalinos, quienes recibieron la gran lección: disciplina, disciplina y más disciplina es sinónimo de victoria, victoria y más victoria.

Ojalá hayan quedado atrás falsos conceptos triunfalistas y los componentes de la actual edición demuestren que ellos pueden dar satisfacciones a granel. El primer paso está dado, los azules marchan al frente en el Occidente con seis victorias en siete salidas y números capaces de brindar provechosas perspectivas. Ya veremos.