La Habana, Cuba.- El mentor Antonio Pacheco salió a jugarse el todo por el todo, con la intención de evitar el doloroso escobazo en casa propia y dependió de Yaumier, quien exhibe condiciones por arrobas desde la lomita.

El muchacho trabajó durante ocho entradas completas, en las cuales colgó igual cantidad de escones, pero en el inicio del noveno, mostró el natural agotamiento y necesitó urgente ayuda.

Sin embargo, en el caso del manejo de los serpentineros santiagueros llueve sobre lo mojado y, en esta oportunidad, Pacheco se equivocó par de veces.

La primera cuando dejó que el abridor saliera alanzar el noveno, con una cómoda ventaja de cuatro anotaciones (4 x 0) y, la segunda, insistir en la presencia del también abridor Reinier Roibal.

En días pasados hizo lo mismo y Roibal falló, ahora, frente a sus parciales en el parque Guillermón Moncada lo llamó con dos hombres en circulación y concedió dos boletos en forma consecutiva.

Santiago de Cuba es uno de los aspirantes a la clasificación en esta 48 Serie Nacional, pero por encima de cualquier aspiración, incluida la de revalidar el título de monarcas, está el cuidado de los brazos.

Reinier y Yaumier constituyen dos de las más firmes promesas en el pitcheo local y, porqué no de Cuba, renglón en el que no andamos muy abundantes frente a futuros compromisos.

Las reglamentaciones en cuanto a la utilización del pitcheo no contemplan tales situaciones y los responsables del certamen deben tomar medidas, pues con esas desacertadas decisiones, muy pronto tendrán que lanzar los directores. E n definitiva Santiago de Cuba ganó y aún permanece en la segunda división de la zona oriental.