La Habana, Cuba.- A pesar de los pesares, debido a las discusiones internas por la inconformidad de algunos jugadores estelares con la designación del director Luis Sojo, el mismo que los guió en la primera edición, ahora los morochos están listos y la nómina parece interesante para este II Clásico Mundial de Béisbol.

Antes de referirnos a la integración del conjunto, considero oportuno pasar la mirada a lo sucedido tres años atrás en los escenarios de Cracket Jack, La Florida, y el Hiram Bithorn, San Juan, Puerto Rico, donde jugaron en las dos rondas eliminatorias.

Como casi siempre ocurre con estos seleccionados profesionales, cuyos integrantes se conocen, tal vez al dedillo, pero pocas veces visten el mismo uniforme, la falta del juego de conjunto o team work jugó una mala pasada al colectivo de dirección y a los propios peloteros.

La prensa local utilizó infinidad de titulares y llovieron los adjetivos, muchos de ellos rozaron el absurdo, porque olvidaron que en el deporte, cualquiera que sea, las victorias se alcanzan en el terreno. 

Sobre los diamantes, un par de los regulares, el antesalista Edgardo Alfonso (313) y el torpedero Omar Vizquel (300) fueron los más destacados dentro de una alineación que promedió raquítico 186, incluidos los jardineros Miguel Cabrera (211), Bobby Abreu (150) y Maglio Ordoñez (100). 

Aunque el cuerpo de serpentineros trabajó con efectividad de 3.06, el zurdo Johan Santana (2.16) perdió dos juegos decisivos, en el parque floridano 11 x 5 ante República Dominicana y unos días más tarde, ya en la segunda etapa, volvió saltar de la lomita frente a Cuba, luego de aceptar dos anotaciones en cinco capítulos, en partido finalizado con pizarra de 7 x 2.

La cautela en los vaticinios se apoderó ahora de los especialistas y las declaraciones preliminares pertenecen a varios atletas, entre ellos Miguel Cabrera, quien acepta el calificativo de decepcionante  del quehacer individual y manifestó:
"Tenemos que dejar atrás lo del primer Clásico. Esa vez no estábamos en buena forma y llegamos un poco fuera de tiempo con nuestra ofensiva''.
El toletero de los Tigres de Detroit aseguró que para esta edición del Clásico tanto él como sus compañeros se han preparado con mayor seriedad y antelación.
"Yo estoy entrenando desde diciembre, en Venezuela; y sé que otros jugadores, como Carlos Guillén y Magglio Ordóñez también lo han hecho. Eso es muy bueno, porque vamos a llegar en forma al Clásico''.

Los fanáticos venezolanos prefieren marcas un compás de espera, hasta que rompan las hostilidades del grupo C, junto a Canadá, Estados Unidos e Italia, con calendario previsto a comenzar el 9 de marzo en el estadio Roger Centre, en la ciudad canadiense de Toronto.