La Habana, Cuba.- Caer seis veces consecutivas en igual cantidad de salidas al diamante durante la primera semana del torneo nacional de béisbol, con toda seguridad constituye un dolor de cabeza para cualquier director, sobre todo si se trata de un debutante como es el caso de Wilfredo Menéndez.
Hasta el momento, tales fracasos ocurrieron fuera del cuartel general en el parque Victoria de Girón y sus seguidores esperan la posibilidad de que los muchachos pongan la primera raya de regreso a predios propios.

Sin embargo, antes el conjunto debe cumplir el compromiso pendiente contra Granma allá en el parque Wilfredo Pagés de Manzanillo y en el lugar tendrán la posibilidad de sonreír por primera vez.

En caso contrario sería el tercer escobazo consecutivo y lo más probable que en los graderíos solo estén presentes los familiares de los jugadores y algunas que otras amistades.

La presencia del público en las instalaciones obedece a la motivación que ofrecen los ganadores en terreno propio, porque las derrotas no dejan otro margen al público que gusta del buen béisbol.