La Habana, Cuba.- Aunque los granmenses tomaron desquite sobre los matanceros al imponerse 5 x 1, ninguno de los dos equipos parecen destinados a discutir el paso a la postemporada, porque a todas luces saltan dificultades insuperables en medio de un campeonato.

Los representantes orientales tienen serios problemas en el cuerpo de lanzadores y el promedio de 526 carreras limpias permitidas es el peor entre los 16 conjuntos participantes en la 48 Serie Nacional.

Algo similar sucede con una defensa de 957, cuando la media general del torneo es de 975. Y qué añadir acerca del bateo 252, con 12 jonrones, pero sin la necesitada productividad a la hora buena.

Yoennis Céspedes, Yordanis Samón y Alfredo Despaigne, forman un excelente trío y sobre ellos recae por completo la responsabilidad de impulsar corredores hacia el plato. Sin embargo, si los primeros dos hombres en la alineación Ramón Tamayo y Yamel Morales no se embasan, poco o nada ofrecen los solitarios largos batazos.

Matanzas completa una vieja historia, abarcadora de casi dos décadas en franca marcha atrás, en la cual ni los propios aficionados yumurinos recuerdan la última vez que discutieron un título.

La tradición de buenos peloteros, sostenida desde comienzos de la pasada centuria, con hombres del calibre de José de la Caridad Méndez y Martín Dihigo o tal vez, la más reciente con aquel también inolvidable cuarteto de Wilfredo y Fernando Sánchez, Félix Isasi y Rigoberto Rosique pertenecen al olvido.