La Habana, Cuba.- Santo Domingo, la capital, y el resto del país sintieron como profunda humillación la derrota 2 x 1, en 11 capítulos del seleccionado nacional, cuajado con 26 jugadores de las Grandes Ligas, ante el aparente discreto equipo holandés que se presentó a la segunda edición del Clásico Mundial de Béisbol.

Lo sucedido en el parque boricua Hiram Bithorn convirtió a Quisqueya en sombrío territorio y no era para menos, porque, además de los bulliciosos alardes precompetitivos, los fanáticos locales siempre desbordan orgullo al mencionar a sus famosos bigleaguers.

Sin embargo, el fracaso de anoche en modo alguno resultó la simple afirmación de que un juego lo gana cualquiera, porque en la fecha del debut los holandeses triunfaron 3 x 2.

La valía del deporte de las bolas y los strikes en la República Dominicana es capaz de acaparar a diario los principales titulares en los medios de comunicación e incluso fuente de ingreso vital en la economía.

De nada valieron joyas monticulares lanzadas por Ubaldo Jiménez y Pedro Martínez. En la ofensiva, los dominicanos estuvieron carentes de conectar un batazo productivo, pues al final cayeron en otro gran partido de béisbol, que finalmente culminó con marcador de 2-1.

Dominicana anotó por primera vez a la altura del capítulo 11, con dos outs, tras boleto a José Reyes; José Bautista conectó imparable al derecho que el defensor Eugene Kingsale quiso atrapar, pero la pelota se le fue hacia atrás y permitió la anotación de Reyes desde la inicial.

Felipe Alou llamó al cerrador Carlos Mármol para sacar los tres outss necesarios y éste fue recibido por doblete del emergente Sydney De Long y el siguiente bateador Curt Smith en roletazo provocó el avance del corredor a tercera.

Eugene Kingsale conectó sencillo al derecho y niveló las acciones; viraje errado de Mármol lo llevó hasta la antesala. Después de poncharse Sharlos Schoop y boleto a Randall Simón, Yurendell Decaster bateó inofensivo rodado por la inicial y el defensor Willy Aybar no pudo retener la pelota.

Los vencedores celebraron por todo lo alto y los derrotados abandonaron con prisa el dogout. ¿Cómo lo vieron algunos de los actores dominicanos?

“Esta no era la despedida que esperaba”, dijo Felipe Alou, el veterano mentor al intervenir en la habitual conferencia del prensa, tras la conclusión de los choques.

“La derrota me ha dejado un sabor muy amargo, era algo que no estaba predicho, pero ellos jugaron un gran béisbol y no podemos lamentarnos”.

También los dos mejores serpentineros dominicanos de la jornada nocturna, el abridor Ubaldo Jiménez, quien abanicó a 10 artilleros de Holanda en cuatro entradas, y Pedro Martínez, con actuación impecable en tres, valoraron lo ocurrido con frase similar: “Si usted no anota carreras no puede ganar”.

Los periodistas especializados en la capital boricua solo repetían tres palabras, a manera de decepción: “Increíble, asombroso, inexplicable, no queda mucho para explicar el fracaso del indiscutible poderoso frente a un cordero convertido en fiero león…”

Esos y muchos comentarios más fueron apenas las notas preliminares, pues, en la misma medida que sean analizados los detalles, aumentará la aspereza de los calificativos.