Guayana, Venezuela.- Humildad y una activa vida comercial forman parte de los contrastes de la urbanización Gran Sabana. En ese rincón de Ciudad Guayana, en el estado venezolano de Bolívar, residen más de 87 000 personas cuya salud depende, casi de forma exclusiva, del trabajo de 25 colaboradores de la Misión Médica Cubana.
En los que alguna vez fueron los 500 kilómetros cuadrados de peor reputación del municipio Caroní, hoy reina la concordia, aunque persistan los contrastes. No extraña, entonces, que siempre haya gente agradecida a las puertas de un Centro de Diagnóstico Integral que casi nadie conoce por su nombre, UD 337, sino por el de la comunidad que lo acoge: Core 8.
El doctor Alberto Chacón Remón es el coordinador de una institución de salud que nunca cierra sus puertas.
“Las patologías que más atendemos tienen que ver con la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el asma bronquial y las infecciones respiratorias agudas. Ante tan alta morbilidad, el número de pacientes el año pasado llegó a estar por encima de 18 000, unos 50 diarios. Salvamos más de 60 vidas en el Apoyo Vital y realizamos casi 20 partos.”
La brigada antillana, compuesta por 25 especialistas, vela por la salud de la población circundante, con una actividad asistencial que sobrepasa los límites físicos del CDI.
“Contamos con 7 enfermeras, ecografista, laboratoristas, intensivistas, radiólogo y médicos de comunidad. Laboratorio Clínico trabaja todos los días, sin límite de pacientes; las salas de Terapia Intensiva y Urgencia Médica laboran las 24 horas; tenemos Banco de Oxígeno, y tenemos un sistema de interacción con el pueblo que nos permite llegar al enfermo lo más rápido posible.”
Para mantener sano a un pueblo, hay que ganarse el respeto de sus autoridades y el cariño de su gente. En Core 8, según el doctor Chacón, esas batallas se cuentan por victorias.
“Ese respeto nos lo hemos ganado con el trabajo. Y nosotros, como cubanos, lo hemos hecho, con esa relación médico-paciente, que no la sustituye nada. Con eso nos hemos ganado a este pueblo, un pueblo y una parroquia agradecida.”
La urbanización Gran Sabana, el mítico Core 8 del estado Bolívar, tiene al contraste por bandera. Donde la humildad convive con un activo comercio, hoy existen salud y paz para casi 90 mil venezolanos y 25 cubanos, allí, donde alguna vez reinó la violencia.
“Uno llega con el temor de lo que se dice, y cuando compruebas, es una población muy tranquila, que nos protege y nos cuida. Y ya lo que no queremos es irnos de Core 8. He visto médicos que terminan su misión y se van llorando, porque se enamoraron de Core 8 y de su gente agradecida.”
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