Los nuevos Abdala para la Revolución Cubana se gestaron desde el propio ejemplo martiano. Aparece en sus discursos memorables que nunca olvidaron el inicio glorioso de la lucha independentista desde el llamado de la campana de La Demajagua, propiedad de ricos hacendados como Carlos Manuel de Céspedes, que entregaron todo lo que tenían al ideal de levantar una patria diferente para los cubanos.

Desde tal altura ética se fue tejiendo el alma cubana pletórica de ejemplos trascendentes que cual antorcha ha pasado de generación en generación hasta el feliz  alumbramiento del triunfo de la Revolución Cubana hace medio siglo, cuando amaneció victoriosa el Primero de Enero de 1959.

Ella fue la gestación de los nuevos Abdala, que como Fidel Castro y quienes le siguieron en el combate contra la madriguera de la dictadura en el cuartel Moncada de Santiago de Cuba, vistieron de gloria el futuro desde la fuente martiana que les acompañó.

Por eso bajo el exergo “Esta, que ilumina y mata es una estrella” fue camino del futuro en el recorrido de nuevos patriotas. Aquella divisa del recorrido del adolescente desde sus memorias de la prisión y hombre del futuro de la patria nueva continuará libre en la isla de sus amores en bien de la humanidad.

Cómo nunca antes las fuerzas de la ética, expresadas en el Homagno martiano, están en pleno campo de batalla en el mundo actual. Para quienes piensen que esa es un arma en modo alguno importante, valdrá mostrarles que la fuerza espiritual de las ideas continúan cabalgando en la inspiración ecuménica por un mundo mejor. Desde ellas estará señero el Maestro que ya no es solo de los cubanos, sino que sobresale ante toda la humanidad.

Desde Abdala continuaremos en los caminos por la defensa de una ética. Ya descrita desde el siglo XIX que no pierde sus argumentos vitales…