La Habana, Cuba.- Con la fuerza de la palabra el Che Guevara a finales de marzo de 1964 combatió en defensa de la causa de los pueblos que padecían el subdesarrollo al encabezar la delegación cubana que participó en la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de Naciones Unidas, que se celebró en Ginebra, Suiza.
Ante los participantes en el evento, en una intervención realizada el 25 de marzo, el Che denunció la actitud de varias de las instituciones financieras capitalistas y también las medidas económicas tomadas por el Gobierno norteamericanos contra Cuba.
Con respecto a esto último el Che no sólo se refirió a las agresiones perpetradas contra Cuba tras el triunfo de la Revolución, sino incluso recordó cómo a través del tiempo los Estados Unidos de América habían realizado múltiples maniobras para tratar de perpetuar su dominio sobre nuestro país.
Puso como ejemplo el Tratado de Reciprocidad Comercial que fuera firmado por Cuba y los Estados Unidos en 1934, y que dio el control práctico del mercado cubano a los monopolios norteamericanos.
El Che igualmente hizo referencia a la situación que padecían otros países y al referirse a la triste experiencia económica que se apreciaba en América Latina en esos instantes, manifestó que las inversiones extranjeras de naciones desarrolladas extraían ganancias millonarias, a través de la mal llamada Alianza para el Progreso.
Con la sinceridad que le caracterizaba el Che denunció la injusticia, el servilismo y la falta de principios de los hombres que estaban al frente de diversos países y organizaciones a nivel internacional y que actuaban de espaldas o en contra de los anhelos y auténticas necesidades de los pueblos y de la humanidad en general.
El Che fustigó, además, la desigualdad existente en el mundo entre países desarrollados y subdesarrollados. Puntualizó la política que debía asumir la conferencia sobre Comercio y Desarrollo convocada por la Organización de Naciones Unidas para evitar la continuación de las diferencias entre las grandes potencias y las naciones en vías de desarrollo.
Alertó sobre el peligro que entrañaban las inversiones de capital extranjero para el comercio y la paz mundial, y expuso los principios básicos internacionales que debían establecerse en el evento para el buen funcionamiento del comercio mundial.
En la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo, que se efectuó en Ginebra, Suiza, en marzo de 1964, el Che, al hablar en nombre de Cuba y de hecho en nombre de todos los hombres y mujeres que en cualquier parte del mundo luchaban por hacer prevalecer los derechos de los pueblos, instó a todos a continuar manteniendo una actitud firme frente a las potencias extranjeras y a trabajar por la unidad de los que padecían las consecuencias de las acciones de los países poderosos.
Con particular firmeza el Che con lenguaje diáfano trató acerca de las principales cuestiones que inquietaban al mundo y en forma muy especial a los países en vías de desarrollo que sufrían los efectos nocivos del colonialismo y el neocolonialismo.
Y señaló al respecto: “Cuba afirma que debe surgir de esta conferencia una definición del comercio internacional como instrumento idóneo para el más rápido desarrollo económico de los pueblos subdesarrollados y discriminados y que esta definición debe conllevar la eliminación de todas las discriminaciones y diferencias, aún las que emanan del supuesto trato igualitario. El trato debe ser equitativo, y equidad no es, en este caso igualdad, equidad es la desigualdad necesaria para que los pueblos explotados alcancen un nivel aceptable.
El Che expuso además en esa conferencia económica internacional que debía trabajarse para dejar establecidas las bases para la implantación de una nueva división internacional del trabajo mediante el aprovechamiento pleno de todos los recursos naturales de un país elevando progresivamente su grado de elaboración hasta las más complicadas formas de la manufactura.
El Che enfatizó: “Igualmente la nueva división del trabajo deberá lograrse a través de la restitución de los mercados para los productos tradicionales de exportación de los países subdesarrollados que les han sido arrebatados por las medidas artificiales de protección y estímulo a la producción de los países subdesarrollados...
El Che analizó las nefastas consecuencias de la deuda externa para los países subdesarrollados y propuso una moratoria del pago de dicha deuda y los intereses al señalar: “La delegación de Cuba propone que, hasta tanto los precios de los productos que exportan los países subdesarrollados no hayan alcanzado un nivel que les restituya de las pérdidas sufridas en la última década, se suspendan todos los pagos por concepto de dividendos, intereses y amortizaciones.”
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