La Habana, Cuba.- En disímiles ocasiones cuando se menciona a Ernesto Che Guevara hay quienes de inmediato lo asocian con la imagen del relevante combatiente revolucionario que con las armas en la mano dio su contribución a la gesta libertadora de varios pueblos. Por supuesto la significación del Che como combatiente lo hace merecedor de ocupar un sitio destacado en la historia de Cuba y de América.
Pero no es menos cierto que el Che Guevara también alcanzó una relevancia significativa por otros múltiples hechos de su fecundo quehacer como revolucionario y como ser humano porque puede afirmarse que supo combatir igualmente con su palabra vibrante en defensa de la causa de los pueblos. Desde la época de su juventud en las anotaciones que hiciera acerca de sus recorridos primero por varias provincias de la zona norte de Argentina y después por distintos países de América Latina, evidenció su sensibilidad y su grado de compromiso con los desposeídos.
Algún tiempo después durante su estadía en Guatemala y en México, en las cartas que le escribiera a familiares y amigos igualmente se hacen evidentes sus cualidades y sus apreciaciones en torno a la realidad que vivían los pueblos de América Latina.
Durante la lucha de liberación en Cuba, Ernesto Che Guevara no sólo se destacó como un notable combatiente y uno de los jefes más capaces de la tropa rebelde, sino que además se preocupó por lograr el desarrollo de las ideas revolucionarias al contribuir a la creación de un boletín y también de Radio Rebelde y al preocuparse por la superación política de los integrantes del Ejército Rebelde. Pero mucho más relevante sería su contribución a la defensa de la causa del pueblo cubano y de otros pueblos del mundo, con la fuerza de la palabra, a partir de 1959 cuando tanto en nuestro país, como en varios eventos internacionales pronuncia trascendentales discursos.
Igualmente el Che en el período comprendido entre 1959 y 1965 escribió múltiples trabajos periodísticos que reflejaron sus vivencias de la guerra de liberación, sus apreciaciones acerca del modo de actuar de un guerrillero, sus consideraciones en torno a los países que visitó en una gira efectuada por Asia y África, así como otras cuestiones económicas, políticas y sociales, y aspectos internacionales planteados en conferencias y en comparecencias que realizó en la televisión, mensajes que envió, como el dirigido a la Revista Tricontinental, o en sus anotaciones en el Diario que llevó en Bolivia.
Atendiendo a ello puede decirse que el más prolongado y sostenido combate a favor de los intereses de los pueblos y de la humanidad en sentido general, Ernesto Che Guevara lo libró con la palabra como arma esencial.
Precisamente al valorar la labor del Che en tal sentido, el máximo dirigente de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro, señaló: “Él descolló como hombre de acción insuperable, pero Che no sólo era un hombre de acción insuperable: Che era un hombre de pensamiento profundo, de inteligencia visionaria, un hombre de profunda cultura. Es decir que reunía en su persona al hombre de ideas y al hombre de acción.”