Cuando se gobierna para y por el pueblo no hay que temer a hablar sobre cualquier tema y ni a responder interrogantes que están en la agenda pública del país.
Lo primero ha sido la honestidad y la transparencia con que se hizo, lo segundo el optimismo transmitido y la convicción de que, por duras que sean las circunstancias, sabremos vencer obstáculos porque la historia ha demostrado que, en otras ocasiones, hemos sabido imponernos.
Durante más de una hora, el Presidente Miguel Diaz Canel habló con pasión, seguridad, no se le vio titubear. Hilvano una idea tras otra: desde los altos precios de los productos, la contracción de ofertas, la relación entre el sector estatal con actores no estatales, la emigración, la atención a los vulnerables, la necesidad de potenciar las capacidades y la producción locales, los viajes al exterior…
Vínculo directo con el pueblo, una manera de rendir cuenta desde el ejercicio de Gobierno, compromiso con la conducción de los destinos del país, objetividad en los argumentos expresados, sin soluciones mágicas con la idea de que la «construcción del Socialismo del Siglo XXI en Cuba lo tenemos que hacer entre todos».
Una vez más, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República convocó a reflexionar sobre el por qué en las difíciles condiciones que vive el país hay ejemplos loables, resilientes, de impacto a nivel local, fruto de la creatividad y la búsqueda de soluciones alternativas aprovechando al máximo las potencialidades locales, en contraste con otros ejemplos no tan buenos que no salen de su zona de confort y que continúan pensando que en las importaciones está la fórmula mágica para resolver el problema.
A este tema le dedicó tiempo nuestro Presidente y a las reuniones que, a través de videoconferencias, se han desarrollado con las máximas autoridades de las provincias, y que tienen como antecedentes estrategias presentadas y aprobadas al inicio del 2023 para hacer de este año un período mejor.
No se trata de actuar bajo fórmulas rígidas, sino de convocar y estimular la participación, de que las empresas y entidades se comprometan más con sus trabajadores y en la solución de los problemas de la comunidad donde están ubicadas, de estimular la responsabilidad social en un sistema como el nuestro.
Punto y aparte durante el intercambio tuvo el pensamiento comprometido para avanzar en un programa para la atención a los vulnerables, sin asistencialismo, con la única premisa de que el país, aún con sus tremendas limitaciones económicas, mantiene el principio de luchar por una mayor justicia social, con programas nacidos durante la Batalla de Ideas y que están «vivos» a pesar de las medidas de bloqueo recrudecido.
Por eso quedó otra idea clave: debemos producir riqueza material y crear todas las condiciones para ello, algo que sí es posible, pero necesitamos trabajar duro para lograrlo.
Con valentía, Diaz Canel reflexionó igualmente sobre lo que no ha salido bien, de alternativas para buscar soluciones con respeto a los equilibrios macroeconómicos y con real optimismode todo de que juntos superaremos esta situación y avanzaremos.
Fue un diálogo del Presidente con su pueblo, honor el hecho de que logró interactuar directamente sino porque desde las interrogantes realizadas por la periodista respondió a cada una de ellas desde el pensamiento de cada cubano dispuesto a seguir en la batalla y hacer cada cosa que le corresponda.
Estamos ante otra etapa compleja de la Revolución, en prueba del tiempo empujado por quienes nos adversan. Escuchar de primera mano las reflexiones de nuestro Presidente nos convoca para que juntos sigamos en combate. Se trata de vencer o vencer.