Cuidar la memoria

Una de las preocupaciones que tienen las persona, según pasan los años y envejecen, es que no se les afecte la memoria, de manera de tener un total validismo que les permita llevar una vida plena e independiente.

Les bastará con tener claridad en el pensamiento para llevar adelante de forma eficiente las tareas hogareñas, compras, pago de cuentas como electricidad, teléfono y otros asuntos: ejercicios y encuentros con amigos y familiares.

En correspondencia con eso existen una serie de cosejos útiles para alcanzar tal propósito, como controlar los problemas crónicos de salud para lidiar con enfermedades como presión arterial alta, diabetes, depresión, pérdida auditiva, fibromialgia y obesidad.

También se debe de tener en cuenta la actividad física, pues aumenta el flujo sanguíneo a todo el cuerpo, incluido el cerebro. Se recomienda al menos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada, como caminar a paso ligero, o 75 minutos a la semana de actividad aeróbica intensa, como trotar.

No se debe dar poca importancia a la pérdida de memoria; para evitar que disminuya aún más se aconseja mantenerse activo mentalmente. En este sentido, se debe leer, escribir a mano e interpreter textos, entre otras tareas.

De la misma manera que la actividad física ayuda a mantener el cuerpo en forma, las actividades que estimulan la mente contribuyen a mantener el cerebro en forma, y previenen la pérdida de memoria.

Haz crucigramas. Lee. Juega. Aprende a tocar un instrumento musical, estudia otro idioma; comienza un nuevo pasatiempo. Trabaja de voluntario en una escuela como auxiliar del proceso educativo u otras actividades comunitarias.

Socializar es indispensable; intercambia con otras personas de edades similares para realizar ejercicios e intercambiar criterios sobre diferentes temas que les haga reir y entretenerse.

La interacción social ayuda a prevenir la depresión y el estrés, factores que pueden contribuir a la pérdida de memoria. Busca oportunidades para reunirte con tus seres queridos, amigos y otras personas, especialmente si vives solo.

Es más probable que te olvides de las cosas si tu casa está desordenada. Anota las tareas, las citas médicas y otros eventos en un cuaderno, un calendario o una agenda electrónica.

Incluso, puedes repetir cada anotación en voz alta mientras la escribes para ayudar a grabarla en tu memoria. Mantén actualizada tu lista de tareas. Marca las que ya hayas finalizado. Guarda tu billetera, llaves, espejuelos y otros artículos personales esenciales en un lugar fijo de tu casa para que te resulte fácil encontrarlos.

Limita las distracciones y no hagas demasiadas cosas a la vez. Si te concentras en la información que estás tratando de recordar, es probable que la recuerdes más tarde.

No dormir lo suficiente se ha relacionado con la pérdida de memoria, al igual que el sueño intranquilo y las alteraciones frecuentes del sueño. Haz que dormir bien y lo suficiente sea la prioridad. Los adultos deben dormir regularmente de siete a nueve horas cada noche.

Si te preocupa la pérdida de memoria, programa una cita con el médico. Es especialmente importante buscar ayuda si afecta tu capacidad para hacer las actividades diarias, si notas que tu memoria empeora, o si un familiar o amigo está preocupado por ti.

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