Doctora Dámaris Rodríguez Oliva: Misión Barrio Adentro, Cuba y Venezuela como un solo país

La Doctora Dámaris Rodríguez Oliva transpira dulzura en su voz y en su rostro. Cuando llegó a Venezuela con treinta años, ya había cumplido misión internacionalista en Haití, y fue escogida para integrar un contingente de héroes y heroínas de batas blancas que fundaron un sueño: hace 21 años ella vio nacer y fue una de las protagonistas en la nación bolivariana del inicio de la Misión Barrio Adentro.

“Lo más difícil fue la convivencia, cuando estamos con gente que no tienen nuestra cultura es difícil adaptarnos a costumbres, una idiosincrasia diferente, pero se logró, íbamos a los cerros, donde se reportaban altos índices de violencia, pero nos respetaban porque se dieron cuenta que éramos los médicos que dábamos salud”.

La Doctora Dámaris, quien también encontró su amor en Venezuela, hoy labora en el área de Salud Integral Pinto Salinas I, en Caracas, Distrito Capital, donde atiende pacientes y forma a nuevas generaciones de profesionales de la salud; sin embargo, aunque ha pasado el tiempo, todavía se estremece cuando echa la vista atrás y recuerda aquellos años fundacionales, en los cuales renació la esperanza.

“Hoy me siento muy agradecida porque se logró que un proyecto tan lindo se expandiera, Venezuela fue la imagen de la solidaridad cuando se hizo realidad Barrio Adentro, y se llegó a otros países, fue un sueño cristalizado, y gracias al empeño de los Comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez se extendió a otros países latinoamericanos”.

Historias de amor que la marcaron para siempre, asegura la Doctora Dámaris y agrega, emocionada, que “durante este tiempo he visto muchas personas agradecidas que llevaban 10 o 15 años sin poder andar, caminando con muletas, porque no podían apoyar una pierna, un padecimiento que se podía resolver con una cirugía o rehabilitación, y al final fueron atendidos, entonces la vida les cambió para siempre, como impacto de la Misión Barrio Adentro. Decían ¡Gracias, Cuba, gracias Venezuela! ¡Hoy puedo caminar!”.

Ella no olvida aquellas jornadas en que se estrecharon los lazos de hermandad entre dos pueblos. Recuerda “aquellos pacientes que estaban en sus casas imposibilitados de salir a las calles por su ceguera o disminución de la vista, quienes fueron operados y recuperaron su visión, por lo cual sentían un agradecimiento infinito, y cuando se encontraban con un cubano lo abrazaban, lo besaban, le hacían honores, porque se había logrado un impacto grande y mucho amor en la población”.

Sin embargo, no todo fue fácil, hubo que romper estereotipos, mitos, enfrentar las campañas mediáticas, demostrar la verdad.

“Al principio el gremio médico hacia rechazo a la llegada de nosotros, decían que no teníamos preparación,  que no éramos cubanos, que nos habían formado en tres meses, que desconocíamos las enfermedades, había una campaña mediática del enemigo muy fuerte contra nosotros, pero al incrementarse las visitas a las consultas de los habitantes de cada lugar, se fue difundiendo de boca en boca que los médicos cubanos atendíamos hasta cualquier hora a los pacientes, referían nuestra profesionalidad, vieron nuestro amor y eso hizo que ganáramos prestigio en el pueblo”.

Luego llegó la formación de una nueva hornada de profesionales y se hizo la magia del futuro.

Dámaris rememora que “en el 2005 se hizo un convenio para la formación de estudiantes de Medicina en Barrio Adentro, como médicos comunitarios, muchos les decían que no iban a llegar a ser médicos, que no iban a recibir el título, pero cuando se logró que se graduara el primer contingente de médicos comunitarios, aquello provocó un impacto increíble, al principio eran pocos los que querían ingresar a la carrera, pero después había que hacer una selección, venezolanos de todas las edades empezaron a estudiar Medicina, y hoy, para orgullo nuestro, hay muchos graduados de médicos comunitarios en toda Venezuela”.

Mientras dialoga con nosotros, asegura que fue otra mujer, otra profesional, después de Barrio Adentro.

“Para mí Barrio Adentro representó cambios, modificaciones en la manera de pensar de las personas, se transformó totalmente la visión que tenían los hermanos venezolanos de cuando llegamos los primeros médicos a los criterios que tienen de nosotros ahora. Logró demostrar que si se puede, y se cumplió el objetivo propuesto por los Comandantes Chávez y Fidel, se logró emancipar el pueblo y extender esta hermosa experiencia a otros países latinoamericanos, estamos convencidos de que seguiremos logrando éxitos y continuaremos luchando por nuevos objetivos para enriquecer esta Misión que engrandeció al continente y al mundo”, declara con profunda emoción.

Luego de más de dos décadas, asegura que valió la pena el sacrificio.

“Es una experiencia maravillosa,  inolvidable, que mientras yo respire la llevaré en mi corazón, ver los objetivos cumplidos y que se formen mas médicos en Barrio Adentro, no hay placer mayor que cuando llego a una guardia medica, y veo tantas personas que acuden a nuestras instituciones, todo eso me da mucha satisfacción como médico y es un enriquecimiento para mi experiencia, no sólo profesional, sino como ser humano”, enfatiza. Y más adelante agrega: “es ver con orgullo cuando voy a una institución y me saludan los que fueron mis alumnos y nos dan las gracias, tenemos 21 años de esta Misión, tendremos muchos más porque gracias a la Fundación Barrio Adentro y a la unión de ambos líderes, Fidel y Chávez, Venezuela y Cuba somos como un mismo país”.

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