El deporte, un lenguaje universal

El deporte, un lenguaje universal

La Habana-. El deporte es como el arte porque une, en un abrir y cerrar de ojos; es capaz de borrar barreras idiomáticas, distancias geográficas, puede convertirlo todo en una sola cosa.

La final del fútbol de Qatar 2022 paralizó el mundo, y parte de Cuba con él. Un partido digno de una final, no apto para cardíacos, un rompecorazones.

Latinoamérica –representada por Argentina-versus Europa, de la mano de Francia–, dos colosos, dos grandes onces sobre la grama sintética de Doha, un solo ganador.

Tomada de RTVE

¿Cómo explicar que un espectáculo como el fútbol haya marcado diferencia y apoderado de la atención de cientos de miles de personas en nuestro país durante casi un mes que transcurrió el Campeonato del Mundo?

No solo nos deja una manera de recreación sana, sino también la oportunidad casi única de presenciar un evento deportivo de altísima calidad, con una entrega total por casi todos los equipos, con un amor a la camiseta que más allá de la publicidad o el marketing propios de este deporte. Fue capaz de situar cualidades como la perseverancia, la voluntad y el sí se puede en lo más alto del cénit en pos de intentar el mejor resultado posible, aunque no siempre se lograra.

Pasión, emociones desatadas y vividas, frenesí colectivo, angustias o tristezas, alegrías y risas, todas estas sensaciones juntas han sido protagonistas durante estas últimas semanas cabalgando a gran intensidad en cada partido. Más allá del deporte, el acontecimiento devino cultura, entendamos técnicamente o no este deporte, porque cuando la palabra ¡Gooooooooooooolllll! se desata todo el mundo sabe que se llegó al éxtasis.

Tomada de Eurosport

Y sin ponernos de acuerdo previa a la gran final, todos sacamos las mismas conclusiones. Geográficamente, con costumbres y culturas diferentes, la mayoría en Cuba se agrupó en torno a apoyar a Argentina que cambió su nombre por Latinoamérica. Por eso, la victoria se disfrutó como propia y resultó el colofón de un largo y trepidamente período que sitúa a este certamen mundial como el más largo de todos en relación con otros deportes.

Los aplausos también, desde otro escenario del «juego», para nuestros narradores y comentaristas deportivos de la Radio y la Televisión. También a Cuba que, a pesar de las dificultades, hizo con la mayor voluntad posible, el máximo de esfuerzo para transmitir la totalidad de los partidos del ya histórico Mundial. Aquí fuimos la excepción de la regla, porque los cubanos sin ir a Qatar también estuvieron allí gracias a la magia de la palabra y la imagen, todo un privilegio. Otro ¡gooooollll! para nuestro país.

El deporte, rompecorazones, lleno de intensas emociones, trepidante, demostró una vez más que el planeta es capaz de unirse cuando el juego limpio, la competición sana y la entrega a favor del virtuosismo individual y colectivo emergen como protagonistas.

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