? El orgullo de vestir y dignificar la bata blanca

Muchos dirán que peloteros, mientras otros asegurarán, con razón, que Cuba lo que sí da son buenos médicos. Para probarlo hay cientos de hombres y mujeres, como el doctor Jorge Luis Velázquez Fernández, que confiesa no sentir el vano orgullo de vestir la bata blanca, sino el de ponerla al servicio de los más humildes.

En su Media Luna natal, en Timor Leste, Brasil, en los estados venezolanos de Miranda y Trujillo, Jorge Luis ha curado y salvado, armado de los conocimientos y valores que distinguen a la Medicina Cubana.

“Cuando me gradué tuve la oportunidad de conformar el primer grupo del Contingente “Henry Reeve”, que se preparó para ayudar al pueblo de Nueva Orleans cuando el Huracán Katrina. En definitiva, terminé cumpliendo esa misión en Timor Leste. Luego presté colaboración en Venezuela, también fui parte del Programa Mais Médicos, en Brasil, y esta es mi segunda misión en Venezuela”.

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Desde su consagración al sacerdocio de la Medicina, el doctor Jorge Luis Velázquez ha repartido su quehacer entre 4 países y cientos de pacientes. Algunos lo marcaron especialmente, pero todos le recordaron que todo sacrificio vale la pena cuando se salva una vida.

“Recuerdo con especial cariño a un paciente venezolano que llegó a mi consultorio tarde en la noche, con un shock anafiláctico severo. No había corriente y tuve que atenderlo con una vela y en difíciles condiciones. Al final, pude salvar su vida y me lo agradeció infinitamente. Yo creo que lo importante no es sentir el orgullo de vestir la bata blanca, sino cumplir el deber que ella nos da, ser dignos de ella”.

El ejemplo del doctor Jorge Luis Velázquez, vicejefe primero de la misión Médica Cubana en el estado venezolano de Trujillo, lo demuestra con creces: Cuba lo que sí da son buenos médicos.

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