III Cumbre CELAC-UE: puede y debe ser un espacio para el debate serio y respetuoso

🎧 III Cumbre CELAC-UE: puede y debe ser un espacio para el debate serio y respetuoso

BRUSELAS, Bélgica- La III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE) se celebrará en Bruselas, capital del Reino de Bélgica, durante los días 17 y 18 de julio.

Los líderes de ambas regiones volverán a reunirse tras ocho años sin realizar este tipo de encuentros, y lo harán esta vez, en un contexto internacional muy complicado. Cuba estará representada por el primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

En esta Cumbre deben estar presentes los 33 países miembros de la CELAC, mecanismo de América Latina y el Caribe que en estos momentos tiene en su presidencia pro témpore a San Vicente y las Granadinas; así como los 27 estados que integran la Unión Europea, hoy con España como Presidente semestral del Consejo de ese bloque de países.

La primera de las citas, con este formato, tuvo lugar en Santiago de Chile, durante los días 26 y 27 de enero del 2013, previo a la celebración en esa nación suramericana de la I Cumbre de la naciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, cuya presidencia pro témpore asumió Cuba en esa ocasión.

Allí estuvo el General de Ejército Raúl Castro Ruz, entonces Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, acompañado por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien se desempeñaba como vicepresidente del Consejo de Ministros y el canciller Bruno Rodríguez Parrilla.

Dos años más tarde, durante los días 10 y 11 de junio de 2015, los líderes de la CELAC y la Unión Europea volvían a la mesa de diálogo, esta vez en Bruselas.

Tomada de teleSUR

La delegación cubana estuvo encabezada por Díaz-Canel, en su función de Primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros. En la capital belga, el dirigente cubano habló de desafíos comunes, en el objetivo de replantear los vínculos entre ambas regiones para que efectivamente tengan el impacto deseado en las relaciones económicas, comerciales y de cooperación.

Estas fueron las declaraciones a la prensa ofrecidas por Miguel Díaz-Canel Bermúdez:

«Cada vez las asimetrías son mayores, cada vez las diversidades en el desarrollo son mayores y también hay puntos de vista diferentes de cómo los países europeos, y como los países latinoamericanos y del Caribe, vemos los elementos alrededor del desarrollo y, sobre todo, las políticas de cómo lograr el desarrollo. Por lo tanto, hay una insatisfacción en los países latinoamericanos y del Caribe con relación a lo que se ha avanzado en esta alianza birregional. La Cumbre es un espacio, precisamente, para revisar y para proponernos qué alcanzar y cómo perfeccionar toda esta relación birregional».

«Yo creo que hay capacidades para que abordemos en una agenda y en un diálogo político y de cooperación, temas como el desarrollo sostenible, temas como problemáticas sociales de la salud, la seguridad ciudadana, los temas migratorios, los temas de la lucha contra la droga y cómo avanzar también en un intercambio científico-técnico, educacional, en los problemas de cambio climático y medio ambiente. Todo esto hay que tomarlo en cuenta sin soslayar la deuda histórica que tienen los países europeos con la América Latina y el Caribe, con nuestros pueblos».

En esa II Cumbre, en su discurso inaugural como presidente pro témpore de la CELAC, el entonces Jefe de Estado ecuatoriano, Rafael Correa, esbozó los principales retos de América Latina, el Caribe y Europa para que sus gobiernos realmente puedan concertar acciones conjuntas a favor del desarrollo de sus pueblos.

«Algunos creen en una supuesta mano invisible para alcanzar la eficiencia, la justicia y el desarrollo. La historia nos demuestra que se requiere de manos bastante visibles, de acción colectiva, de la voluntad explícita de las sociedades. Que las manos de nuestras naciones, en ambos lados del Atlántico, sirvan para la construcción de un mundo mejor», reflexionó Rafael Correa.

Tomada de Cubadebate

Tras casi una década de ausencia de diálogo al más alto nivel político entre la CELAC y la UE, en medio de un complejo escenario marcado por el negativo impacto de la pandemia de la COVID-19, la crisis económica global y el conflicto bélico en Europa, dignatarios de ambos mecanismos volverán a reunirse.

El encuentro se celebrará bajo el lema «Renovar la asociación birregional para fortalecer la paz y el desarrollo sostenible». Según la opinión de los expertos, aunque se trata de una ocasión histórica para el intercambio entre los líderes europeos, latinoamericanos y caribeños con el fin de renovar los vínculos entre las dos regiones, existen razones para preocuparse.

¿En qué escenario se desarrollará la Cumbre de Bruselas? Acerca del tema reflexiona Rodolfo Benítez Verson, director general de Asuntos multilaterales y derecho internacional del ministerio cubano de Relaciones Exteriores.

«Hay razones para preocuparse y tiene que ver con el hecho de que, en todo el proceso preparatorio de la Cumbre la Unión Europea —y hay que decirlo con toda franqueza— ha estado actuando con opacidad y con poca transparencia. Se están tratando de imponer en la Cumbre formatos no amplios, que no posibilitan un debate general franco, transparente y honesto entre las diferentes delegaciones. La Unión Europea también ha estado organizando de manera unilateral los foros paralelos a la Cumbre, e incluso decidiendo, sin consulta, cuáles son los representantes de América Latina y el Caribe que pueden ser invitados a estos foros paralelos».

«Con ello, en mi opinión, se van creando condiciones de riesgo de que estos foros paralelos puedan convertirse en un espacio de crítica y de singularización contra determinados estados miembros de la CELAC; y si esto ocurriera, sin duda tendría consecuencias para el éxito de la Cumbre. Lo que sí puedo asegurar es que no van a tener éxito en Bruselas aquellos que pretendan imponer una visión europeísta o sesgada de la relación birregional, que no tenga debidamente en cuenta los intereses y las posiciones que llevamos los países de América Latina y el Caribe».

A pesar de este escenario complejo y las numerosas diferencias entre sus participantes, la III Cumbre CELAC-Unión Europea puede y debe ser un espacio para el debate serio y respetuoso. El experimentado diplomático Rodolfo Benítez afirma que «Cuba acudirá a esta cita con un espíritu constructivo, con el total compromiso de contribuir, en todo lo posible, a fortalecer el diálogo y la cooperación entre los dos bloques de países sobre bases de igualdad y de respeto».

«La realidad es que América Latina y el Caribe no ha sido una prioridad en la agenda de la Unión Europea. La relación ha sido descuidada. Se ha dado por sentada y más allá de las declaraciones, de los discursos y por supuesto de los sueños, la realidad es que esa asociación estratégica no existe en este momento».

«Nosotros pensamos que, más allá de las diferencias se puede, no solo se puede, se debe construir una relación mejor entre América Latina y el Caribe y Europa. Consideramos que esta Cumbre nos ofrece la posibilidad de avanzar hacia una relación más justa, más equilibrada, más solidaria y más cooperativa».

Rodolfo Benítez precisó que «Cuba pretende llevar a esta Cumbre lecciones duras que se aprendieron durante la pandemia de la COVID-19; porque si bien hubo gestos nobles y solidarios, a nivel global predominó el egoísmo, la competencia feroz y el afán de lucro en cuanto al acaparamiento de vacunas y equipos médicos imprescindibles».

El diplomático aseveró que «esa dolorosa etapa para el mundo demostró que en tiempos duros la América Latina y el Caribe no recibió de muchas naciones ricas, incluyendo países de la Unión Europea, una debida mirada solidaria».

«Por otro lado, vamos a ir a la Cumbre haciendo un llamado a trabajar en proyectos de cooperación sobre áreas estratégicas de interés común, incluyendo las relacionadas con la seguridad alimentaria, la energía, la digitalización, el enfrentamiento al cambio climático, entre otros. También vamos a llamar a desarrollar nuestras relaciones comerciales y las inversiones, poniendo un mayor énfasis en el desarrollo».

«Por supuesto, Cuba va también a la Cumbre a agradecer a los países de ambas regiones por su posición de rechazo y condena al criminal bloqueo impuesto por Estados Unidos contra Cuba; y también nuestra delegación va a ir allí a agradecer esa posición común de ambas regiones de rechazo a la fraudulenta inclusión de Cuba en la unilateral lista de países supuestamente copatrocinadores del terrorismo, elaborada por el Departamento de Estado».

«La delegación cubana también va a Bruselas a enfatizar la necesidad de que contemos con mayores espacios para conversar, para intercambiar, para discutir de manera respetuosa nuestras discrepancias y para entendernos mejor».

«En definitiva, creo que estamos ante una oportunidad que se nos ofrece y Cuba irá a esa cita tratando de contribuir en todo lo posible al éxito de esta Cumbre».

De manera paralela, Bruselas será sede también de la Cumbre de los Pueblos donde Cuba estará presente. El diplomático Rodolfo Benítez ofrece sus valoraciones acerca del significado que tendrá este espacio, convocado por movimientos políticos y sociales comprometidos con la construcción de un modelo alternativo de desarrollo en ambos lados del Atlántico.

«En opinión de Cuba es un ejercicio muy importante, porque constituye también un mecanismo de presión para dar visibilidad a las mejores posiciones que defienden grandes mayorías, muchas veces marginadas en sus países».

«Hemos leído la Declaración de Principios que va a ser el documento digamos, referente, para el debate que va a tener lugar en la Cumbre de los Pueblos; y considero que es un documento excelente, que defiende las mejores y más nobles causas. Es un documento con un importante contenido antiimperialista, revolucionario, anti-neoliberal».

«Como contribución a ese importante evento, un grupo de representantes de organizaciones de la sociedad civil cubana estará participando y contribuyendo a ese debate plural que tanto necesitamos».

En diez años de existencia de este mecanismo, esta será la III Cumbre CELAC-Unión Europea. La realidad es que más allá de discursos y declaraciones no se ha logrado avanzar en los vínculos birregionales y en el último periodo, incluso, se ha retrocedido.

Cuba, en la voz de su canciller Bruno Rodríguez Parrilla, ha dicho que la Cumbre puede ser una oportunidad para comenzar a cambiar ese escenario: «Cuba irá a la Cumbre de Bruselas con espíritu constructivo y contribuirá en todo lo posible a fortalecer, sobre bases de igualdad y respeto mutuo, el diálogo y la cooperación entre la CELAC y la Unión Europea, para beneficio de nuestros pueblos, de ambas regiones y del mundo».

Cuba está en Bruselas y su delegación oficial la encabeza el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Se aspira a que la III Cumbre CELAC-Unión Europea adopte una declaración que incluya las visiones compartidas de ambas regiones sobre temas de interés de la agenda internacional actual y sobre el futuro de las relaciones birregionales.

Que la Cumbre se realice en un ambiente de respeto e inclusividad, sería un sustancial aporte a esta reunión entre dignatarios de América Latina y el Caribe, y la Unión Europea, dos regiones geográficas que poseen visiones distintas y numerosas diferencias acerca de los graves asuntos que afectan hoy a la Humanidad; pero que deberán encontrar un espacio de diálogo serio, participativo y plural, que identifique soluciones para enfrentar de manera colectiva, a pesar de las diferencias, los múltiples desafíos globales.

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