José Francisco Martí fue un cubano ejemplar

Emociona hablar de José Francisco Martí el único hijo del Héroe Nacional cubano José Martí quien fuera capitán del Ejército Libertador cubano y General del Ejército de Cuba una vez creada la República.

Su padre le dedicó el poemario Ismaelillo, una de sus obras literarias más importantes; comenzó estudios de Derecho, pero los abandonó para incorporarse a la Guerra de Independencia de Cuba tras conocer de la caída en combate de su padre. Sirvió como oficial de artillería bajo el mando del Mayor General Calixto García, terminando la guerra con grado de capitán.

En la República siguió la carrera militar llegando a ser Jefe del Estado Mayor del Ejército durante la presidencia de José Miguel Gómez y Secretario de Guerra y Marina durante el mandato de Mario García Menocal.

Ya licenciado del Ejército se opuso a la tiranía de Gerardo Machado y se vinculó con el ABC, pero decepcionado con el rumbo gansteril tomado por la agrupación política tras la caída de Machado se apartó de todo asunto público y se retiró a la vida privada.

Carmen Zayas Bazán fue  su madre; nació el 22 de noviembre de 1878 en La Habana y falleció 22 de octubre de 1945; fue bautizado con cuatro meses y unos días después de su nacimiento, el 6 de abril de 1879 en la iglesia Nuestra Señora de Monserrate, en  La Habana.

Sus padrinos fueron Leonor Pérez Cabrera, abuela paterna, y Francisco Zayas-Bazán y Varona, abuelo materno. Sus padres le decían cariñosamente Pepito.

Durante sus primeros meses de vida, su padre trabajaba como pasante en los bufetes de Nicolás Azcárate y Miguel Viondi, prestigiosos abogados de la época. Al mismo tiempo era el subdelegado del clandestino Comité Revolucionario Cubano en La Habana y participaba además en conferencias, tertulias y veladas culturales en liceos y sociedades.

Al comenzar en agosto de 1879 la Guerra Chiquita, su padre fue detenido y deportado a España. A partir de ese momento sólo se encontraría con él esporádicamente a lo largo de su vida: El 3 de marzo de 1880 su madre se trasladó a Nueva York para ir a encontrarse con José Martí, pero el 21 de octubre regresó a Cuba con José Francisco.

En diciembre de 1882 vuelve a reunirse con su padre después de dos años de separación alquilando una casa en Brooklyn viviendo juntos hasta marzo de 1885.

Al regresar a Cuba con su madre se establecieron en Puerto Príncipe, Camagüey, donde la familia Zayas Bazán era una de las de mayor abolengo. En 1889 en Puerto Príncipe matriculó la segunda enseñanza luego de realizar exámenes de ingreso y obtener calificación de aprobado.

Realizó todos los ejercicios de Bachiller y obtuvo finalmente la nota de sobresaliente.El 30 de junio de 1891 volvió a Nueva York en compañía de su madre.

Más tarde matriculó Derecho en la Universidad de La Habana, pero Cuba, al borde de la insurrección, provoca que se interrumpan sus estudios dada la decisión de su familia de abandonar el país.

Continuó sus estudios en la Universidad de Troy en Estados Unidos. Allí le sorprendió la noticia de la muerte de su padre en los campos de Cuba. Decidió entonces abandonar sus estudios y ponerse a las órdenes del Partido Revolucionario Cubano. Su padre poco antes de morir le había escrito:”hijo: esta noche salgo para Cuba: salgo sin ti, cuando debieras estar a mi lado. Al salir, pienso en ti. Si desaparezco en el camino, recibirás con esta carta la leontina que usó en vida tu padre. Adiós. Sé justo. Tu José Martí”

El joven llegó en una expedición a Cuba y en marzo de 1897 pasó a formar parte de las fuerzas del Mayor General Calixto García, en cuya tropa se le asignó el caballo que montaba su padre al caer en combate, además de entregársele la leontina que este le prometiera antes de morir.

Bajo el mando de Calixto García, ocupó el cargo de artillero, la más humilde de las armas cubanas, y que en su mayoría estaban integradas por negros y ex esclavos. Calixto lo ascendió a capitán por su valiente actuación durante la batalla de Las Tunas.

De cubano ejemplar. fue considerado José Francisco Martí, el querido hijo de José Martí, el más universal de los cubanos.

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