La cooperación entre las naciones más pobres, sigue siendo un camino en el que se necesita continuar avanzando

En un mundo donde la unipolaridad como tendencia busca imponerse, la cooperación entre las naciones del Sur tiene que dejar de ser sueño para convertirse en realidad.

La defensa de la multipolaridad representa hoy uno de los propósitos más urgentes del planeta, agudizado por el escenario internacional contemporáneo tras el impacto de la COVID. Es una realidad insoslayable que, sin la cooperación entre las naciones menos desarrolladas, el camino resultara más difícil.

Como tendencia, el capitalismo encabezado por el mayor imperio del planeta, intenta reconfigurar el sistema financiero y económico mundial, partiendo de que dominan no solo las principales instituciones internacionales sino además que como tendencia buscan también hacerse de los principales recursos del planeta.

De ahí que cada evento de concertación de intereses o de búsqueda de una cooperación coordinada donde estén como protagonistas los países en desarrollo, resulte crucial.

La ya cercana Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 77 y China a celebrarse en la capital cubana, tiene como eje central la cooperación en el área de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación premisa para avanzar en este campo también dominado por las grandes potencias.

Uno de los ejemplos de las desigualdades que predominan en el mundo de hoy está en el enfrentamiento a la COVID 19. Si alguien hubiera imaginado que solo el 70 por ciento de la población mundial actualmente dispone de una sola dosis de vacuna aplicada contra la enfermedad, pocos lo hubieran creído.

Las diferencias no solo resultan visibles ahí. Un continente como el africano apenas ha sido beneficiado con las vacunas producidas en el primer mundo para enfrentar la pandemia.

Otro dato significativo es que la región de las Américas por si sola ha aportado más del treinta por ciento de los enfermos con el coronavirus. Son solo botones de muestra de la necesidad de incrementar la cooperación en el terreno tecnológico, ampliar capacidades de salud propias y de disponer del personal especializado para garantizar una adecuada atención médica.

Dicho de otra manera, cuando el líder histórico de nuestra Revolución, el Comandante en Jefe hablaba de un mundo mejor, posible, lo hacía pensando en la necesidad de disminuir las brechas entre las naciones ricas y las pobres, y de incrementar la cooperación Sur-Sur como vía para potenciar el desarrollo entre las naciones más pobres.

Aun ese propósito no ha dejado de ser un sueño, y a la luz del nuevo escenario internacional de crisis económica y contracción del comercio mundial, la cooperación entre las naciones más pobres, sigue siendo un camino en el que se necesita continuar avanzando.

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