El mejor Hombre de la Guerrilla
25 de Abril del 2009, 11:23 a.m.

La Habana, Cuba.-“Día negro para mí”, así comenzaba a escribir el Comandante Ernesto Guevara en su diario de  campaña, el día 25 de abril de 1967. “Hemos perdido el mejor hombre de la guerrilla”, apuntaba con evidente dolor.

Se refería a Eliseo Reyes, uno de los pilares de la guerrilla boliviana, quien había dejado de existir en la selva de esa hermana nación tras un breve encuentro armado con el enemigo.

Siendo casi un niño se unió al guerrillero argentino, que ya peleaba por la libertad de Cuba en las montañas de la Sierra Maestra,  en la región oriental del país.

El muchacho repetía a todos que era natural de San Luís,  un humilde caserío de las inmediaciones de Santiago de Cuba, segunda capital de la Isla, y desde entonces,  la tropa dejó a un lado su nombre para llamarlo, sencillamente, San Luís.

El Comandante Guevara descubrió su madera de valiente, su disposición para cumplir la misiones más difíciles, su resistencia para las caminatas. 

Casi al final de la guerra en 1958,  San Luis es ascendido al grado de capitán y seleccionado para integrar las columnas que habría de reeditar la hazaña de los mayores generales Antonio Maceo y Máximo Gómez en 1888, de llevar la guerra contra los colonialistas españoles desde el oriente hasta el occidente de Cuba.

Tras  el triunfo de la Revolución cubana el 1ro. de enero de 1959, el  capitán San Luis cumplió diversas y complejas misiones, entre las cuales se destaca la de jefe del Ministerio del Interior en  Pinar del Río, la más occidental de las catorce provincias cubanas.

En el Cuerpo de Lucha Contra Bandidos lo conoció Rubén Torres, el Gancho de los Órganos de la Seguridad del Estado. Se enorgullece de la “química” que había entre él y San Luís, de las agotadoras caminatas en operaciones de rastreo  que juntos realizaron detrás de un grupo de hombres que, alentados  desde los Estados Unidos, se alzaron en las montañas de Pinar del Río para intentar destruir a la naciente Revolución cubana.“El hombre más valiente que he conocido, el más extraordinario y sencillo, al punto de arriesgar su vida por cualquier subordinado, lo hizo conmigo….una gente completa”.

Tiempo después, el  capitán San Luís volvía a encontrarse con el  Comandante Ernesto Guevara  en ese pedazo de tierra  sudamericana que es Bolivia.  Compartiría con el Guerrillero de América, la trinchera del internacionalismo.