Nuevo plan orquestado en EEUU pretende desestabilizar a Cuba

En días recientes han sido presentadas y denunciadas públicamente irrefutables acciones de cómo los enemigos más acérrimos de la Revolución intentan ¨construir¨ una panorama de fin de año en nuestro país, teniendo como propósito principal fraguar maniobras violentas para marcar un hito de caos durante estos días, un momento siempre de unidad familiar y de celebración de trascendentales fechas históricas en nuestro país.

El ¨modus operandi¨ sigue siendo el mismo: estimular y organizar hechos violentos moviendo desde el exterior – particularmente en territorio de la Florida-, los hilos de una madeja que tiene como marionetas a un puñado de anticubanos y terroristas dentro de fronteras que, respondiendo a llamados anexionistas, servirían como mercenarios pagados para actuar contra personas públicas, instituciones y objetivos económicos, entre otros.

La denuncia y vigilancia populares han sido el ¨resorte¨ para el inicio de una investigación en curso que confirmará que agentes terroristas en el sur de la Florida continúan actuando con total impunidad para organizar prácticas que van en la dirección de dañar la integridad de un pueblo y su libre autodeterminación de escoger y desarrollar el proyecto social de vida apoyado por la mayoría, aún cuando el escenario de máxima complejidad del país en el aspecto económico y social, implica un esfuerzo superior de todos para hacer que la patria avance en las condiciones de asedio y cerco de medidas de bloqueo estadounidense como nunca antes en la historia reciente de las relaciones entre los dos países.

Este grupo de acciones contrarrevolucionarias antecederían a los días de una gran celebración en Cuba, el aniversario 65 del Triunfo de la Revolución, el mayor hecho de carácter social y transformador en América Latina entonces que demostró la validez de una alternativa de desarrollo y de protección del ser humano ante el capitalismo, devenido hoy en neoliberalismo brutal y hacia donde mercenarios anticubanos quisieran conducirnos en su afán de hacer desaparecer toda la inmensa obra hecha hasta aquí, que no es perfecta, pero sí constituye referencia para una buena parte de los revolucionarios del mundo de cómo se resiste con dignidad ante el país más poderoso del planeta.

Es de esperar que continúe el empecinamiento de nuestros odiadores, frustrados durante años por fracasar una y otra vez en sus intentos de no respetar a la inmensa mayoría del pueblo, al que ellos dicen defender hipócritamente cuando en realidad desean regresarnos a un estatus quo servil a Estados Unidos, para establecer sus propios intereses.

Ha sido así desde el mismo triunfo de la Revolución, cuando en Cuba fue proclamado el carácter socialista de la Revolución, horas antes de la invasión mercenaria que terminó en derrota.

Han seguido acciones violentas  entre ellos sabotajes incluso poniendo en peligro la vida de seres humanos y niños, y también causando muertes,  acentuado todo por la instauración de un bloqueo que ya sabemos cuánto ha permanecido y recrudecido con leyes como la Helms Burton y la Torricelli, política acentuada antes, durante y posterior al enfrentamiento a la COVID y que estuvo signada por más de 240 medidas unilaterales para crear condiciones de ingobernabilidad en el país y de ahí, un estallido social que es lo que persiguen.

Todo ha estado fraguado desde territorio del sur de la Florida donde estos mercenarios terroristas, como los que pretendían organizar acciones violentas en Cuba y denunciados hace unas horas públicamente, actúan impunemente poniendo de manifiesto el doble rasero de la política del Gobierno de Estados Unidos al incluirnos en una espuria lista de países patrocinadores del Terrorismo cuando el verdadero terrorismo contra Cuba sigue presente en el propio territorio que nos acusa.

Nada es más importante que salvar la Patria en cualquier circunstancia y momento. Los enemigos lo saben pero siguen apostando a su maltrecha estrategia. La vigilancia popular, el estar alertas, aún en días de celebración, no podrá decaer jamás mientras el enemigo esté asechando.

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