¡Que la música de Jessica y Keyla no se detenga!

Gabriela Camila Castellanos Mora | Fotos: Omara García Mederos

Jessica López Naranjo tiene 11 años y recién terminó el segundo grado de guitarra en la Escuela Elemental de Música Manuel Saumell, de La Habana.

Ella avanza en su formación como futura artista, mas no es suficiente, pues la base material de estudio que requiere para un aprendizaje más completo aún no está en sus manos.

La también integrante de la Compañía de Teatro Infantil “La Colmenita” relató que las seis cuerdas de su guitarra tienden a partirse con frecuencia y mayormente las que miden las notas graves y agudas; por tanto, no se escucha bien el sonido y se le dificulta su preparación.

En situación similar se encuentra su compañera de academia Keyla Morera Ávila, quien a sus 11 años concluyó el tercer grado de violín y narró a la Agencia Cubana de Noticias las vicisitudes que sufre al averiarse su instrumento.

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Morera Ávila manifestó que las cuerdas del violín son difíciles de conseguir y si se parten se hace necesario cambiarlas con urgencia para que funcione.

Ambas, a su corta edad, continúan persiguiendo sus sueños y están dispuestas a conquistar oídos y almas con sus melodías.

El enemigo que acecha constantemente

Aidilyn Salcedo Lago, directora de la escuela, dijo en entrevista exclusiva que entre las mayores dificultades que enfrenta la Enseñanza Artística en Cuba están las medidas unilaterales impuestas por Estados Unidos que obstaculizan la compra de instrumentos y accesorios -que tienen poca durabilidad y son caros en el mercado internacional- como las cuerdas, baquetas y arcos.

Reconoció que esta modalidad de enseñanza es costosa y en correspondencia con el sistema social de Cuba, donde a todos se les garantizan las mismas oportunidades, el Gobierno lucha por poner en manos del estudiante el instrumento en calidad de préstamo, a excepción del piano por su elevado precio y características.

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Además, señaló que para el ingreso a esos centros docentes no es necesario que el alumno tenga previamente o compre el instrumento porque no sería consecuente con los principios de igualdad; sin embargo, en algunos casos y aunque los niños presenten las habilidades musicales detectadas durante el proceso de captación, si la institución no cuenta con el material necesario no se puede efectuar la matrícula.

La escuela hace un ingreso que responde a los programas de desarrollo de la capital y, por supuesto, influye la demanda del país, porque a los egresados se les garantiza el empleo una vez terminados los estudios, y debido a la escasez de material se han visto afectadas varias líneas de trabajo, entre ellas, el contrabajo, el piano y el violoncello, resaltó.

Al ser este último uno de los más costosos y complicados de adquirir en el mercado, Arelis Zaldívar Copello, profesora, expresó que los esfuerzos del Gobierno para entregar uno de estos útiles a cada educando son cada vez más notables.

Zaldívar Copello, también solista alternante de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, señaló que de no existir las medidas que desde hace más de seis décadas imponen las administraciones estadounidenses, los alumnos tendrían acceso a los nuevos métodos de instrucción que se están moviendo en el mundo.

La compra de instrumentos no constituye el único problema que enfrenta la enseñanza artística como consecuencia de esta genocida política, ya que se ven afectados otros aspectos como la situación hidrosanitaria para el confort, no solo de los estudiantes sino también de los docentes, la alimentación y los medios de enseñanza.

Sufren de la escasez del papel para la base material de estudio, con énfasis en los cuadernos pautados especializados e imprescindibles en las clases de Solfeo, Teoría de la música e Iniciación musical, destacó.

Las estadísticas no mienten

Según el más reciente informe cubano sobre los efectos de esta injusta sanción, las pérdidas arribaron de agosto de 2021 a febrero de 2022 a la suma total de tres mil 800 millones de dólares, aproximadamente.

Los daños acumulados durante las seis décadas de constantes persecuciones financieras ascienden a más de 150 mil 400 millones de dólares con mayor influencia en los sectores de la salud y la educación, además de los devastadores efectos en la economía nacional y la calidad de vida de las familias cubanas.

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De ello no escapan los 188 estudiantes –entre tercero y noveno grados- que conforman la matrícula total de la Escuela Elemental de Música y por supuesto, de la Enseñanza Artística de manera general.

Aidilyn Salcedo Lago refirió que el centro acoge a niños provenientes en su mayoría de los municipios de Centro Habana, Habana Vieja y Playa.

Como esta institución, existen tres más en la capital habanera, los conservatorios “Paulita Concepción”, en el Cerro; “Alejandro García Caturla”, en Marianao, y “Guillermo Tomás”, en Guanabacoa.

La bondad que persigue a un pueblo

Las limitaciones en materia económica no resultan impedimento para un pueblo que emana solidaridad y es ejemplo constante de los más altos valores de internacionalismo.

Salcedo Lago rememoró una anécdota que la impactó durante su trayectoria en este sector.

“Tiempo atrás, uno de sus discípulos de Piano Básico no contaba con el instrumento en su hogar y la familia no contaba con el presupuesto para costearlo.

“Resultó que el alumno –quien actualmente continúa sus estudios en el centro- presentaba muy buenas aptitudes y lo llevamos al Canal Habana para que hiciera una presentación ante las cámaras.

“El niño narró su historia de vida en el programa y atrapó el corazón de una televidente que nos contactó y le hizo llegar un piano como obsequio”.

Por el tipo de carrera que supone el Piano Básico, deviene indispensable que los alumnos tengan uno en casa; no obstante, a los que viven en comunidades aledañas al inmueble y no cuenten con este recurso se les permite realizar horas de estudio extras hasta las 7:00 p.m., acotó.

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“Similar a la acción de la televidente existen personas que se solidarizan con la causa y generalmente, diferentes movimientos internacionales realizan donaciones que representan un alivio”.

Comentó, además, que debido a las regulaciones en cuanto al peso de la carga y otros factores no siempre pueden apoyar con el instrumento pero sí con accesorios que son de gran ayuda.

Buena parte recae en los esfuerzos gubernamentales, que en su mayoría los adquieren en el mercado chino y, posteriormente, se distribuyen en las escuelas del país según la matrícula, las especialidades y la demanda, apuntó Aidilyn Salcedo Lago.

Las barreras que intentan frenar el desarrollo artístico de Jessica López Naranjo y Keyla Morera Ávila se multiplican en miles de niños que a lo largo del archipiélago requieren de una educación con acceso a más recursos y sin un enemigo externo acechando constantemente.

A pesar de ello, agradecen eternamente a sus profesores por llevar cada día a las aulas métodos de enseñanzas eficaces, entendibles y sobre todo, sin distinción alguna como rigen los principios de la educación en Cuba.

Por mucho que se empeñen, las cuerdas de la guitarra de Jessica y del violín de Keyla no dejarán de sonar. ¡Qué se haga la música! (Gabriela Camila Castellanos Mora)

(Fuente: ACN)

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