Mujer: Taller natural donde se forja la vida

Cada vez se ve con mayor frecuencia en los barrios mujeres que superan las ocho décadas de vida y  aún se muestran lúcidas, hacen mandados y otras encomiendas mientras ayudan a sus familias en los quehaceres hogareños.

No son ajenas a los proyectos sociales que las incluyen y les permiten ver la vida con alegría y entusiasmo. Así vemos que existe un grupo de programas  a su favor que chequea sistemáticamente su bienestar, entre estos: el materno infantil, así como, los de detección precoz del cáncer cérvico-uterino y de mamas-, el de una maternidad y paternidad conscientes, el de atención al adulto mayor que incluye a las mujeres, así como el de prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS), Virus de Inmuno – deficiencia Humana (VIH), y Síndrome de Inmuno – deficiencia Adquirida (SIDA).

Con la revolución las mujeres se superaron y alcanzaron altas calificaciones en sus estudios para luego ocupar puestos cimeros en diferentes sectores de la sociedad como la docencia, el parlamento, la defensa de la Patria, entidades científicas y de la producción y los servicios.

Ellas son, médicos, oftalmólogos y estomatólogos, enfermeras, así como, dirigentes, y están también en tareas de la economía y los servicios; en todos los frentes sobresalen por su talento y responsabilidad.

La naturaleza fue bondadosa con las mujeres al otorgarle privilegios que sólo ellas poseen como es la maternidad, condición donde se alzan victoriosas, no obstante el sacrificio que significa ser madre. El líder histórico de la Revolución Comandante en Jefe Fidel Castro las llamó en una ocasión el  taller natural donde se forja la vida.

Homenaje a ellas es también la frase de José Martí que deviene verdad irrefutable: “Las campañas de los pueblos solo son débiles, cuando en ella no se alista el corazón de la mujer; pero cuando se estremece y ayuda, cuando la mujer, tímida y quieta de su natural, anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño la obra es invencible”.

Las mujeres viven más que los hombres en Cuba. El estudio Esperanza de vida, arrojó que las féminas presentan mayor longevidad: 80,45 años) mientras que la de los hombres es de 76, 50.

El dato despierta curiosidad cuando se conoce también que debido a que la mortalidad femenina tiene un comportamiento distinto a la masculina, su esperanza de vida al nacer es superior en todas las provincias.

La crianza de los hijos, el trabajo en la calle, el cuidado de la familia cuando enferma alguno de sus miembros, la doble jornada en la casa donde la mayoría de las veces es ella quien realiza los quehaceres, son actividades diarias que las hacen ser  fuertes y resistentes.

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