Apreciar la vida con más veracidad y optimismo

Apreciar la vida con más veracidad y optimismo

Mira a tu alrededor y da las gracias por lo que tienes. Un buen consejo que hace apreciar la vida con más veracidad y optimismo.

Existen personas que están prestas a mencionar con frecuencia aquellas cosas de las que carecen, por lo que nunca están satisfechos y sí inconformes. A ese tipo de persona siempre les falta algo.

Sin embargo, hay otras que al despertar cada día mencionan aquellas por lo que vale la pena vivir y están convencidos de ser privilegiados.

Dan las gracias por pequeños detalles que llenan su existencia y consideran premios las nuevas flores en sus plantas, el acompañamiento de sus mascotas o una nueva amistad. Con esa percepción enfrentan las dificultades cotidianas y otras de mayor envergadura con un alto por ciento de soluciones.

No se trata de estar conformes con todo, sino de tener la medida exacta de lo necesario y justo. Otros   que, no obstante, tienen garantizados bienes materiales que le dan confort y prosperidad, necesitan mucho más, en otras palabras: son insaciables.

De ahí que la mayor parte del tiempo la pasen malhumorados y comparándose con aquellos que tienen más recursos financieros.

Según sus palabras, les urge un apartamento más amplio en un lugar céntrico, otra computadora pues la suya está muy lenta,  alguien que les ayude en las labores de la casa, ya que no pueden con todo, y otras necesidades que cubrir que los hacen infelices.

 ¿Qué sucede entonces, si se trata muchas veces de personas instruidas y a la vez inteligentes? ¿Por qué  realizar tan pobre análisis de sus posesiones y afirmar que aún necesitan otras cosas?

Faltó mencionar algo muy importante que, sin embargo, no es suficiente para las personas con infinitos deseos de tener, y es la posibilidad que tienen también de disfrutar de cuestiones que enriquecen el espíritu, como son las artes, la lectura de un buen libro o un encuentro con amigos.

Aquellos que son saludables cuentan con un beneficio  que no lo paga la mayor riqueza del mundo, sin embargo, permanecen insatisfechos. Algunos de ellos son adultos mayores y  poseen un validismo físico y mental envidiables.

Su forma de ser no les deja ver la maravilla de vida que tienen. Lo cierto es que cuando se den cuenta y miren a su alrededor, ya será demasiado tarde para que realicen el balance.

Cometen el error de no ponerse a pensar en las cosas que poseen, y que sí son importantes en la vida  como la familia, la salud, el trabajo y  los amigos. Sin embargo, más temprano que tarde comprenderán que son ricos aunque no tengan fortuna.

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