China, que es el principal importador de maíz, pudiera renunciar a comprar ese producto a Estados Unidos, porque podrá adquirirlo a menor precio en Brasil y además algunos productores de alimentos para cerdos lo han reemplazado por el trigo.
En Chicago, los contratos de futuros de maíz se han visto presionados por unas cancelaciones por parte de China de 832.000 toneladas en las últimas semanas.
La competitividad de los empresarios del gigante sudamericano se ve estimulada por las proyecciones que estiman que en 2023 ese país supere a Estados Unidos como principal exportador.
Entre el 14 de marzo y el 14 de abril, se había anunciado compras chinas de casi 4 millones de toneladas de maíz. No obstante, el producto estadounidense es menos atractivo en estos momentos, sobre todo porque la oferta brasileña es aproximadamente 30 dólares por tonelada más barata. A eso se suma la baja demanda interna de maíz para piensos.
“Hay muy poca demanda de maíz”, afirma Wang Xiaoyang, analista sénior de Sinolink Futures en Henan, una de las provincias con mayor producción de granos.
Los productores de alimentos para animales están empleando mucho trigo para sustituir al maíz, puesto que los precios continúan descendiendo.
Según Bloomberg, el país está tomando medidas para diversificar el suministro en momentos de guerra, tensiones y altos costos.
Los precios del trigo son alrededor de 180 yuanes (26 dólares) la tonelada más baratos que el maíz en Henan, y pueden caer aún más a medida que una excelente cosecha está a punto de llegar al mercado. Recuérdese que el trigo tiene un mayor contenido de proteínas que el maíz y también se puede utilizar para reemplazar parte de la harina de soja utilizada en los alimentos de los animales.
Los criadores de cerdos están intentando reducir los costos de alimentación, por lo que reemplazar el maíz con trigo es una opción natural, aseguraron comerciantes y analistas.
Las importaciones chinas de maíz del país alcanzaron un récord de más de 28 millones de toneladas en 2021, antes de caer alrededor de 21 millones de toneladas el año pasado, sobre todo con cargamentos provenientes de Estados Unidos, Brasil y Ucrania.