Con voluntad todo se alcanza

Con voluntad todo se alcanza

Con seguridad usted ha oído decir sobre alguien que tiene mucha fuerza de voluntad para llevar adelante sus planes e intereses aunque resulten difíciles, ya sean de trabajo, estudios o de cualquier otra índole: son personas que deciden lograr sus intereses sin  tener en cuenta cualquier obstáculo que se les presente.

Los especialistas afirman que la fuerza de voluntad es la capacidad de sostener una conducta deseada o de insistir hasta que se materialice. Señalan también que esas personas son capaces de tomar y sostener decisiones de manera voluntaria y firme, sin demasiados titubeos y arrepentimientos, y sobre todo sin flaquear y desistir antes de haber logrado el cometido. En otras palabras, es la tenacidad, la insistencia y la determinación.

Son capaces de tomar y sostener decisiones de manera voluntaria y firme, sin demasiados titubeos y arrepentimientos y, sobre todo, sin flaquear y desistir antes de haber logrado el cometido. Está muy relacionada con la determinación de concretarlos con un cumplimiento exitoso.

Según los expertos, se requiere fuerza de voluntad para cambiar los propios hábitos por otros, ya que una vez que uno está acostumbrado a hacer algo de manera sostenida, cuesta mucho interrumpir la tradición y fundar una nueva.

Ejemplos de lo anterior son los fumadores que desean dejar la adicción, pero no lo logran, incluso sabiendo que les resulta nocivo a ellos y a sus personas cercanas. También los obesos que no pueden dejar de comer y los alcohólicos que no dejan el dañino vicio.

Personas que pasaron esa experiencia afirman que, al lograrlo con perseverancia y optimismo, sintieron satisfacción y orgullo por sobreponerse a dificultades y contratiempos.

«La voluntad está vinculada siempre a la conciencia, a la lucidez y a las decisiones propias. Las cosas que realizamos con voluntad son aquellas que realizamos con plena intención de hacerlas, al contrario de lo que hacemos involuntariamente» —coinciden los conocedores—.

Sinónimos de «voluntad» son, entre otros, intención, deseo, ganas, anhelo, ansia, gusto, afán, interés, tenacidad, perseverancia, empeño, obstinación, tesón y constancia. En tanto se conocen como antónimos desgano, apatía, indiferencia y negación.

La palabra proviene del latín voluntas, derivado del verbo vollo («querer»), por lo que está íntimamente vinculada con el deseo, es decir, con lo que nos gustaría hacer o conseguir, y por lo tanto, con aquello que nos proponemos con fervor.

Según un sitio consultado también es común referirse a la “última voluntad” o testamento: un documento en el que se especifican los deseos de una persona que ha fallecido, en especial en lo que a sus bienes y su dinero respecta.

La voluntad está vinculada siempre a la conciencia, a la lucidez y a las decisiones propias, de modo que aquello que se realiza bajo estado de coacción, o bajo el efecto de sustancias, no se considera efectuado de manera voluntaria. La voluntad es necesariamente una expresión de la subjetividad de las personas.

No siempre se tiene la misma capacidad de ejercer la voluntad propia. Se sabe que la mala alimentación, la falta de sueño y la intranquilidad emocional tienen un impacto importante en la fuerza de voluntad disponible.

No obstante las dificultades, cada individuo puede crear un hábito que le permita cumplir a cabalidad sus aspiraciones personales y compromisos sociales.

La fuerza de voluntad siempre causa admiración ya que se trata de llevar adelante y con acierto objetivos que importan en la vida.

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