Cuba no olvida a los mártires de Humboldt 7

En un acto marcado por el dolor, se recordó este jueves en la Habana el aniversario 66 de la masacre de cuatro jóvenes revolucionarios por esbirros de la dictadura batistiana, frente al edificio que lleva  el número 7 en la calle Humboldt, en el municipio capitalino de Centro Habana.

En el homenaje presidido por el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Jorge Luis Broche Lorenzo y Luis Antonio Torrez Iribar, Primer Secretario del Partido en la capital e integrante del Comité Central, así como combatientes del Directorio Revolucionario.

Una  ofrenda floral a nombre del estudiantado cubano fue colocada en el mismo sitio y dónde se rememoró que Fructuoso Rodríguez, Joe Wetbrook y Juan Pedro Carbo Servía, 38 días antes de ser sosprendidos en Humboldt 7, habían participado en la toma de Radio Reloj y el asalto al Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1957.

Los esbirros de la dictadura bastistiana no cesaron de buscar a todos los presuntos implicados en las acciones.

Tenían una orden terminante: Atraparlos muertos. La delación del ex compañero de lucha Marcos Rodríguez, cuya implicación fue descubierta cinco años después de los sucesos del 20 de abril de 1957, hizo que la policía conociera del paradero de los jóvenes revolucionarios.

Los vecinos que desde la acera o los balcones presenciaron el despliegue policial, escucharon las ráfagas de las ametralladoras asesinando a los indefensos muchachos y vieron como los cadáveres eran arrastrados por la calle.

Julio Emilio Morejón Pérez, integrante del Consejo de Estado y Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), en las palabra centrales del tributo reafirmó el compromiso del estudiantado cubano  con la sangre derramada y las vidas ofrendadas.

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