Carlos Alberto y Cintia Rodríguez forman parte del equipo Cuba de wushu

De Puerto Padre a La Guaira, un viaje en familia para el wushu cubano

Carlos Alberto Rodríguez no es un hombre de pronósticos. Lo dice, sin miedos, desde un balcón venezolano al que nunca vaticinó llegar, mucho menos, como entrenador del equipo Cuba de wushu.

Tampoco adivinó que su hija, Cintia Rodríguez, vistiera también el uniforme de las 4 letras y formara parte del conjunto que representará a la escuela cubana de wushu en los Quintos Juegos del ALBA.

Desde Puerto Padre, en Las Tunas, hasta un balcón de La Guaira, en Venezuela, hubo un largo viaje con sabor a familia y a tradición.

Yo practiqué kárate desde pequeño, junto a mi hermano menor, y ya para el año 2000 me inicié en la Escuela Cubana de Wushu, de la mano del profesor Roberto Vargas Lee. Cintia, desde los 4 años, comenzó a practicarlo y a entender los valores de las artes marciales chinas.

Cintia, por su parte, rememora aquellos inicios, en lo que era la alumna más joven de sus padres. “Crecí viendo a mi familia practicar wushu. En la escuela siempre fui la más pequeña, porque todos eran ya adolescentes y jóvenes. Me gustó y decidí dedicar mi vida a las artes marciales.”

El profesor Roberto Vargas Lee, presidente de la Escuela Cubana de Wushu, ha vivido de cerca la historia de este padre hecho maestro y de esta hija, hecha discípula.

Tradición es una palabra muy importante para nosotros. En Puerto Padre, han hecho, incluso, un Barrio Chino. Es una especie de templo donde la gente va a hacer wushu, pero también a vivir la cultura china. Cintia es una flor de ese lugar, donde sus padres la adentraron desde niña.

En Venezuela, el wushu cubano vivirá su primera lid multideportiva regional. Carlos y Cintia pretenden ser protagonistas.

“Cuando nos llamaron, no podía creerlo. Es una gran oportunidad para ambos y queremos aprovecharla. Siempre hay presión, porque es mi padre y mi maestro”

Carlos, fuera del terreno competitivo, siente el lógico orgullo de padre. “Ver que aquella niña de 4 años forma parte del equipo Cuba de wushu me llena de satisfacción. Veo que ha logrado algo que yo soñaba cuando practicaba kárate. Veo mis sueños hechos realidad, con ella.”

Y aunque no guste de hacer pronósticos, Carlos Rodríguez confía en una familia que crece, unida por las artes marciales chinas y una tradición que va más allá de Cintia.

Ha servido para unirnos más, porque todo lo hacemos juntos. Incluso mi nieta, con solo 3 años, ya practica wushu. Es increíble, pero lo lleva en la sangre.

Desde Puerto Padre hasta La Guaira, desde el pasatiempo hasta el equipo Cuba y los Quintos Juegos del ALBA, Carlos y Cintia han hecho un bello viaje, en familia. Maestro y discípula buscan ahora sumar medallas a una tradición, y convertirse en historia viva del wushu cubano.

No me gusta hacer pronósticos, pero hemos trabajado muy duro y pondremos en alto nuestra bandera cubana.

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