El 2023: Otra prueba de fuego

Llegó el 2023, y el propósito que sea un mejor año lo hará posible la intensidad del trabajo y la pasión que le pongamos a cada tarea desde la base, en los municipios, a nivel local, la comunidad, en las empresas, en las formas de producción no estatales, en todo.

Cada uno tendrá que sacar sus propias enseñanzas de lo que nos dejó el año recién concluido difícil y particularmente complejo, para que las cosas que no funcionaron tengan una dinámica más efectiva en el 2023. No se trata solo de ratificar nuestro deseo para que los próximos meses deban ser necesariamente mejores, sino proponérnoslo con el mejoramiento en nuestro actuar dondequiera que estemos.

Hay dos elementos que a nuestro juicio deben ir de la mano, y a su vez requieren profundos cambios de mentalidad en algunos de nuestros directivos: uno es que no se pueden continuar esperando orientaciones de arriba en una nación que ha desencadenado y aprobado un conjunto de medidas para flexibilizar el manejo de nuestras empresas y también para dinamizar las producciones agropecuarias; lo otro, y en esa propia dirección, se requiere con urgencia del mayor pensamiento creativo posible e inteligencia para que estas nuevas posibilidades desencadenen mayores producciones con eficiencia dirigidas al mercado nacional, para provocar mayores ofertas a la población e identificar los rubros que puedan ser exportables y captar toda la divisa necesaria para la nación.

No son tiempos de improvisar, ni mucho menos de adivinar; son tiempos de aplicar ciencia a lo que hacemos, conectarnos con el sector del conocimiento, concebir los planes desde las perspectivas de las Estrategias de Desarrollo Local en cada territorio o nivel de subordinación.

Si hablamos de la responsabilidad social de la empresa estatal socialista como principal actor de la economía cubana, en sinergia con otros de producción no estatal, no podemos olvidar la necesidad de contribuir al desarrollo de la comunidad donde se desarrolla su actividad.

Horas antes de finalizar el 2022, durante un recorrido del Presidente por una comunidad de La Habana donde el ochenta por ciento de sus pobladores está vinculados a centros científicos de BioCubafarma, se apreciaba el gran impacto de los resultados de un colectivo eficiente de trabajadores que no solo han aportado muchísimo a salvar vidas, sino también al mejoramiento de la calidad y atención a sus trabajadores.

Con parte de las utilidades de este grupo empresarial se lograron rehabilitar en la comunidad: viales, las comunicaciones, bodegas, Consultorio del Médico de la Familia, construir un Polideportivo y también hacer seis nuevas viviendas. Eso es un resultado concreto, que cierre un ciclo de producción con efecto en el desarrollo social de un segmento de la población vinculada al quehacer científico.

Otra prueba de fuego será el 2023, solo que tenemos las enseñanzas que nos dejó el año precedente. El bloqueo de Estados Unidos seguirá ahí, entonces necesitamos saltar por encima de él, con pasión y la esperanza de que el presente y futuro, con el esfuerzo de todos, tendrá que ser necesariamente mejor.

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