En Yaracuy, un Centro de Alta Tecnología al servicio del pueblo

En el Estado venezolano de Yaracuy funciona como un reloj el Centro de Alta Tecnología (CAT) “Antonio Maceo”,  con un equipamiento moderno; para realizar, principalmente, exámenes de diagnóstico a los pacientes aquejados con cualquier sintomatología.

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Con una amplia afluencia de yaracuyanos, es la única institución de su tipo en la región y sus servicios tienen una alta demanda, afirmó la joven Doctora Claudia Dip Medina, su Directora, quien puntualizó que “ofrece ocho servicios, entre ellos, resonancia magnética,  estudios de cráneo, cervical, columna, lumbosacra y de ambas rodillas, estos exámenes se realizan tanto a los pacientes venezolanos como a los  colaboradores cubanos que lo necesiten; asimismo tenemos Laboratorio clínico y SUMA”.

Según la Doctora Claudia, la resonancia magnética es uno de los servicios más solicitados por una población altamente envejecida con enfermedades cerebro-vasculares y óseas y aclaró que “la resonancia que más se realiza es la de cráneo, hay pacientes que ingresamos con accidentes cerebrales, isquemias, otros vienen después que pasan por alguna consulta y se remite a nuestro Centro, porque es una población envejecida, con más de 60 o 70 años y tiene esos padecimientos”, puntualizó.

Para mantener en alta todos los equipos,  cuentan con la experiencia de otros especialistas, específicamente un electromédico que se encarga de esa labor con notables resultados. 

“La población yaracuyana siente hoy enorme satisfacción de este servicio que se ofrece gratuitamente y que en una clínica privada cuesta entre 120 y 150 dólares, nos agradecen mucho”, insiste la experta.

A pesar de su juventud, la Doctora Claudia tiene un hermoso recorrido de treinta y cuatro meses en esta misión, que le ha permitido ganar mayor experiencia incluso en cargos de dirección, trabajó como médico de comunidad, fue asesora de la Misión Barrio Adentro, Vicejefa Integral del Estado y ahora asume como Jefa del CAT “Antonio Maceo”.

“Al principio es nuevo, como es la primera misión es muy difícil, en Cuba no dirigí y aquí, hacerlo ha sido un reto, esto te hace crecer, vas adquiriendo experiencias y es muy positivo para uno como profesional. Uno se siente más fuerte, llegué con 27 años, ya tengo 30, la misión te enseña mucho”, confiesa.

Hoy recuerda con orgullo esas historias de pacientes que han salvado su vida gracias a un diagnóstico logrado a tiempo en este Centro de Alta Tecnología, por ejemplo, hace poco llegó un paciente con un aneurisma y de inmediato fue diagnosticado, y se le aplicó una conducta terapéutica, con lo cual mejoró.

Para cumplir esta tarea, la joven Doctora Claudia Dip tiene una retaguardia segura en su tierra natal, la indómita Santiago de Cuba, allí están sus familiares y su niña de cinco años, motivaciones especiales para seguir adelante y cumplir su deber y dirigir, con orgullo y buenos resultados, un Centro de Alta Tecnología que está al servicio del pueblo.

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