Iliana, la “Abeja Reina”

Iliana Pérez Borges se siente como una reina, una flor, una madre, hermana, amiga, o más bien, como una abeja grande en una colmena donde se le quiere mucho y donde su trabajo es respetado y dignificado. Esta mujer, procedente de la provincia de Cienfuegos,  especialista en Seguridad y Salud del Trabajo, jamás pensó que con más de cincuenta años le asignaran una tarea inmensa sobre sus hombros.

Ella es la única mujer que trabaja en la Misión Energética de Cuba en Venezuela y lo dice con orgullo, porque cuida la vida de sus compañeros, con exigencia y con amor.

Hasta el Estado de Carabobo nos fuimos a conocer de su sonrisa y de sus razones. Y de inmediato, empieza a comentarnos de la función que cumple con muchos compromisos y responsabilidad.

“Nuestra labor está dirigida a la prevención y por consiguiente, evitar accidentes laborales, ya sea en el Proyecto de Generación Térmica o de Transmisión, día a día velo porque se cumplan las regulaciones y normas establecidas por el Código de Trabajo, realizamos inspecciones operativas de conjunto con el Coordinador de las Misiones Sociales en el Estado, Jefes de Proyectos y de Brigadas, y constatamos que estén las condiciones para que el colaborador cumpla sus tareas sin dificultad y no se produzcan eventos no deseados”, enfatiza.

Iliana trabaja en la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas (UEB Cienfuegos) y desde el año 2021 es la especialista en Seguridad y Salud del Trabajo de la Misión Energética en Planta Centro, Venezuela.

“Constituye un alto reto y responsabilidad representar el papel de la mujer cubana en un colectivo de hombres respetuosos, un equipo de trabajadores cumplidores de las normas, ellos me ven como amiga, madre, hermana y han sido cuidadosos en no violar ningún aspecto que pueda atentar contra su seguridad o salud, claro, siempre hay algo que corregir y trabajamos para perfeccionar cada día el trabajo”, insiste.

Pero quizás su orgullo mayor radica en los resultados que ha obtenido.

¿Se ha producido algún hecho lamentable desde que usted llegó?

Ella nos sonríe con esa mirada que transmite el convencimiento de la importancia de lo que hace.

“Afortunadamente desde que estamos en la Misión no ha ocurrido ningún accidente laboral ni perdidas de ningún tipo, en la labor diaria que desempeñamos puede haber alguna medida preventiva, porque son trabajos de alto riesgo, son hombres que se exponen a altas tensiones eléctricas o al ensamblaje de plantas térmicas, pero felizmente no hemos tenido que lamentar hechos no deseados y eso nos hace muy feliz. Es un resultado maravilloso, un período de ardua labor, pero se ha visto el fruto de nuestro trabajo, han sido dos años tratando de que salga bien en alto el nombre de la Misión Energética Cubana, sin hechos relevantes que empañen nuestra imagen, dos años de alto comprometimiento, alejada de la familia, pero de crecimiento profesional”, dice.

Allí se le ve, velando porque se cumpla cada norma, exigiendo, codo a codo a un colectivo que sabe de sus desvelos por cuidar las vidas de sus compañeros. Una mujer que también añora estar cerca de su familia, de los suyos.

¿Cuáles han sido sus nostalgias, sus días más difíciles?

Sí, no puedo negarlo, hemos tenido días muy duros, el no estar en el cumpleaños de un ser querido, los días de los padres, de las madres, eso trae nostalgias, por supuesto nos comunicamos con ellos diariamente y nos dan fuerza; y más que todo confían a que lleguemos a un término feliz de la misión y cumplir la palabra empeñada”.

¿Creyó Iliana que el día que tomó un avión iba a tener esos resultados? ¿Confió en que usted lo podía lograr?

Nunca imaginé que con 54 años iba a ser llamada para esta responsabilidad, ya montada en el avión no lo creía aún, que estaba representando a mi entidad, la Empresa Eléctrica, los primeros días me sentía un poco perdida, no por falta de conocimientos, sino porque estaba en otras condiciones, no sabía cómo enfrentar los nuevos retos, cuando ya no soy joven, pero lo logré.

En la marcha todo ha ido saliendo, la dinámica del trabajo no permite que uno no se detenga, mi propósito ha sido cumplir, por eso el agradecimiento a los compañeros de la Empresa que confiaron en mí y decidieron que fuera Iliana la que estuviera en Venezuela dentro de tantos técnicos de Seguridad del Trabajo que existen en nuestra Patria, eso jamás lo voy a olvidar”, asevera con voz entrecortada.

¿Qué ha sido lo más lindo de estos años?

“El reconocimiento de mis compañeros, tan caballerosos, no dejan pasar una fecha significativa sin tener detalles conmigo, aquí Iliana es madre, amiga hermana y la persona que los apoya en todo, la que pone el detalle de la cultura femenina en el campamento, sin dejar de exigirles porque cumplan lo establecido”.

¿Iliana es aquí una reina o una flor? ¿Cómo de describiría?

Y entonces, sonríe.“Yo siempre les digo que me siento mimada y privilegiada de compartir con ellos estos momentos. Por eso me siento como una flor, o una abeja reina grande dentro de una colmena que cada día contribuye con su granito de arena para representar el nombre de nuestro país en alto”.

Esa es Iliana, la madre, la hermana, la amiga, la flor que en la Misión Energética de Venezuela se ha convertido en la abeja reina de una colmena donde se le respeta y se le quiere.

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