Toda una vida ha dedicado la doctora Araceli a la Genética Médica en Cuba. Más de 50 años avalan su experiencia en esta hermosa especialidad, como iniciadora de un programa soñado por el Comandante en Jefe y líder histórico de la Revolución Fidel Castro Ruz.
La profe Araceli, ejemplo de consagración y entrega en la medicina cubana, ha contribuido a la formación de las nuevas generaciones en la especialidad de Genética y así recuerda con agrado a sus alumnos a lo largo de todos estos años.
Profesionalmente, la doctora ha crecido en el Centro Nacional de Genética Médica en La Habana. Una institución con 2 décadas de existencia, fruto de la obra de la Revolución, y a cuya inauguración en el 2003 asistió Fidel.
Fui yo quién acompañó al Comandante por los pasillos del centro, interesándose por los equipos y los trabajadores, explicando la importancia de la labor que realizaríamos.
Desde entonces muchos programas e investigaciones valiosas en el país llevan el sello del Centro Nacional de Genética Médica y sus profesionales, añade la profe y fundadora de la institución.
Emocionada también Araceli habla de su familia, un eslabón esencial para ella y que le permitió superarse y prepararse en su especialidad. «De ellos tuve siempre el total apoyo y comprensión, en especial de mi esposo Rolando Hernández Fernández, mi amigo y compañero por 50 años de vida».
Hablar de Araceli es también narrar la historia de la Genética Médica en el país. Sus palabras emocionan y conmueven hasta la médula cuando se escucha cómo describe esos primeros años de formación y consolidación de la especialidad en Cuba.
Una profesión que como ella misma asegura «Es toda mi vida».
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