Las cosas se hacen bien o no se hacen

Las cosas se hacen bien o no se hacen

Irreductible, invencible, avasallador así puede sentirse incorporar el ingrediente del amor en toda su dimensión a cada cosa que asumimos, que incluyen los desafíos por muy grandes que estos sean, y por lo que ese sentimiento universal logra de nosotros.

«Las cosas se hacen bien o no se hacen», escuché decir reiteradamente a mi recordada abuela. Me lo repetía una y otra vez cuando apreciaba mi pereza al enfrentar alguna labor, tanto me conocía que sabía que el resultado del esfuerzo no iba a ser el esperado

Las enseñanzas de mi abuela vienen a mi mente como reclamo permanente en tiempos donde la ternura y el amor, juntos, pueden ayudarnos no solo a avanzar más y rápido, sino también a salvarnos a nosotros mismos.

Significa que, en cada propósito, si no logramos ponerle lo que necesita, sería como un corredor de velocidad cuando no logra arrancar a tiempo, y sus adversarios le toman ventaja para nunca perderla.

Y lo digo porque en tiempos difíciles es cuando más la entrega debiera desempeñar su papel. No darse por vencido, entrarle de frente al problema con la mente positiva, buscar el lado mejor de las cosas, no perder la ternura que mantiene vivo el encanto de llegar hasta al final aunque pensemos que las fuerzas flaquean, necesita de amor propio y verdadero, y también de valores, para enfilar la vista en el objetivo y decir enfáticamente «yo sí puedo».

Las reflexiones vienen a colación de una frase escuchada por este comentarista en ciertos lugares «para qué voy a trabajar y esforzarme si faltan materias primas para hacerlo como va…«

Precisamente es como negar el ingenio, la inteligencia propia, la capacidad de alcanzar un objetivo parecido que requiere más amor y empeño personal, todo un desafío.

Si siempre pensáramos así, estaríamos además erosionando nuestra verdadera capacidad de superarnos a nosotros mismos, de reinventarnos, y también sería como «tirar la toalla», y eso nunca ha sido, ni será parte de nuestra idiosincrasia como cubanos.

Y no decimos que sea fácil, si lo fuera no estaríamos escribiendo estas líneas; hablamos de crecernos siempre, de empujar hacia adelante, de buscar lo mejor dentro de nosotros mismos, de vencer obstáculos para cabalgar por la vida más fuertes de mente y grandes de corazón.

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