Ley de soberanía alimentaria y seguridad alimentaria y nutricional: una apuesta por el futuro

Ley de soberanía alimentaria y seguridad alimentaria y nutricional: una apuesta por el futuro

A potenciar los sistemas productivos locales en todo el país que contribuyan a esa necesaria autonomía municipal que demanda hoy la agricultura cubana, llamó el primer secretario del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al intervenir en el segundo día de trabajo del primer período ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Valoraciones que motivaron un amplio y crítico debate de los diputados sobre el dañino papel de los intermediarios en la agricultura cubana, la relevancia del contrato, los precios y el vínculo de las empresas del sector con los productores. 

El camino para avanzar en la consolidación de los sistemas alimentarios locales y en la necesaria disminución de la dependencia de las importaciones, con una ley para buscar nuevas formas de hacer y avanzar en un tema vital, aseguró el miembro del Buró Político y presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, Esteban Lazo Hernández.

Criterios que como afirmó el vice primer ministro, Jorge Luis Tapia Fonseca, evidencian la urgencia de la producción de alimentos en Cuba, como una tarea de primer orden.

Atender las potencialidades reales productivas de cada territorio en lo relativo a los procesos de siembra, producción, transformación, contratación y comercialización de alimentos, son otras de las directrices seguidas en la implementación de la ley de soberanía alimentaria y seguridad alimentaria y nutricional, donde los diputados insisten en impulsar el papel de los organismos, entidades y órganos locales del Poder Popular, el sistema de ciencia, tecnología e innovación y la población de manera general.

Tomada de la Agencia Cubana de Noticias

Tapia Fonseca resaltó cómo garantizar calidad, inocuidad y disminución de las pérdidas y desperdicios de alimentos, es otra de las acciones claves que requiere la movilización de sistemas educacionales, de la cultura y de la comunicación para fortalecer la educación alimentaria y nutricional de los cubanos con la participación de todos y la aplicación de la ciencia. 

Una ley, dijo a los diputados, en correspondencia con los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2030 y de las 63 medidas aprobadas para la necesaria dinamización de la producción agropecuaria y eliminación de trabas y y flexibilización de procesos en este sector en el país y que a un año de su implementación, se ratifica como una apuesta por el futuro de Cuba.

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