A fuerza de entrega, consagración y sobre todo de perseverancia, Luis Vicente Mateo se ganó su inclusión en la selección nacional que en pocos días competirá en el V Clásico Mundial de Béisbol.
No han sido pocos los tropiezos del jugador de cuadro de 27 años de edad, pero lo importante es que nunca se rindió, incluso cuando quedó fuera de la escuadra que asistió a la II Copa del Caribe de Curazao. Sus argumentos fundamentales para llegar al equipo nacional, son sus habilidades a la defensa y la versatilidad, velocidad sobre las almohadillas y un bateo por encima de la media de nuestro béisbol.
En los topes de preparación siempre que le han dado la oportunidad lo ha hecho bien, tanto en el campo corto, como en la segunda y la tercera base. Este periodo de preparación lo ha aprovechado para crecer como pelotero. “No soy un mal bateador, pero mi fuerte es la defensa, es por eso que trato de entrenar lo mejor posible este aspecto”.
En su natal Cruces, en la provincia de Cienfuegos, comenzó en el béisbol gracias a su papá, pero hay personas que lo ayudaron en su tránsito por las categorías inferiores. “Tengo que darle gracias a Iday Abreu que nunca me dio la espalda y me enseñó mucho. Mi padre me inculcó el amor por este deporte. Nunca olvidaré a Javier Urrutia que fue mi primer entrenador”.
En su barrio lo conocen como el “Cuco” y siempre quiso ser como Eduardo Pared y Germán Mesa. “Hay una persona que me llamó mucho la atención que fue Pared, también siempre simpaticé con Germán que para mí es el mejor torpedero que ha pasado por nuestra pelota. Ahora lo tengo aquí como entrenador y siempre me está dando consejos para ser un mejor atleta».
Luis Vicente Mateo ahora comparte el campo corto con otro cienfueguero, Erisbel Arruebarruena. Nunca imaginó que iba a jugar con aquel hombre que deleitaba a la afición con sus espectaculares atrapadas. “Es un orgullo para mí estar cerca de Erisbel, ya que cuando él jugó en mi provincia yo aún estaba en la categoría 15-16 años. Le doy gracias a Dios por ponernos a los dos en el mismo equipo”.
Mateo extraña por estos días a su familia, la tranquilidad del hogar, algo que disfruta al máximo. “Eso es lo más grande para mí, me gusta salir con las amistades, soy una persona muy sociable, considero que tengo buen carácter”.
El sureño ha visto acción en 6 Series Nacionales, en las que tiene un average ofensivo de 313, con un OBP de 386. Su única experiencia internacional había sido la IV Copa del Caribe celebrada en Bahamas, en la que tuvo una destacada actuación al promediar 333, 6 imparables en 21 veces al bate, con 6 remolques, robó tres bases en 5 intentos.
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