Marcos: me llevo a Venezuela en el corazón

La utilidad de la virtud. Quizás la prédica martiana ha sido la brújula para el joven Doctor granmense Marcos Jesús Sánchez Espinosa, quien acaba de despedirse de Venezuela con la misión cumplida, y el abrazo agradecido de todos sus compañeros y colegas, quienes compartieron con él durante más de veinte meses en largas jornadas de trabajo y de amor.

“Yo siempre he dicho que me llevo de Venezuela lo positivo, lo negativo y lo interesante, porque de todo uno saca experiencia, Venezuela es una escuela, saca de ti la parte más emocional, sensible y te prepara para la vida como persona, profesional, aquí aprendes mucho también de las personas que te rodean, las convivencias, te nutres de las actividades que se hacen aquí y yo estoy muy agradecido por esas experiencias”.

Una despedida cargada de muchas emociones, abrazos y hasta lágrimas le ofrecieron sus compañeros del Grupo de Trabajo Nacional, de las Misiones Médica y de Cultura Corazón Adentro a este joven estomatólogo, quien prestó servicios en varios Puntos Odontológicos y Centros de Diagnóstico Integral de Caracas, Distrito Capital.

Marquitos, como todos lo conocen, se hizo imprescindible. Con su voz privilegiada, este artista aficionado estuvo en cada festival, acto y celebración con canciones alegóricas a las patrias cubana y venezolana, y hasta con lo mejor de los sones y la salsa que se hacen en la región.

“Ha sido una fuente de riquezas espirituales, me ha permitido autoprepararme, mantenerme arraigado a Cuba, a nuestras tradiciones, para mí ha sido gratificante escuchar de las personas esas palabras bonitas cuando terminas una presentación, que te hacen sensibilizarte, y es bonito que la gente te lo reconozca, aunque uno no lo haga con ese propósito, pero definitivamente, hay que hacer todo lo que te dicte tu voluntad, yo siento humildemente que siempre lo que hice fue de corazón”, confiesa.

En sus declaraciones también señaló: “he tenido la oportunidad de conocer Venezuela, de estar en muchos lugares, nuestros países son ricos por la belleza de sus paisajes, pero sobre todo por su gente, siento que las personas de Venezuela y Cuba son las más hospitalarias de este mundo a pesar de las duras circunstancias, y me voy agradecido por eso, me llevo ese cariño de mis compañeros, y de los venezolanos”.

Venezuela es y será una página inolvidable en su vida, asevera, pero también Marcos tuvo que afrontar grandes desafíos: “dejar a la familia, yo no estaba acostumbrado a separarme de los míos, mi familia es muy unida y despegarme de esa zona de confort fue complejo, yo llegué a Venezuela por ejemplo, sin saber cocinar o hacer otras tareas hogareñas, aunque mi familia me había orientado que me preparara; y en este país me tocó aprender, al principio es fuerte enfrentarte a esas cosas, tú llegas a tu casa, tus abuelos y tus padres tienen la comida hecha, la ropa planchada y tú te limitas a aportar, buscar los mandados, y sin embargo acá me tocó hacerlo todo, fue difícil, para mí lo más complicado fue eso, dejar la familia, las nostalgias y deseos de compartir con ellos cada día: En el plano personal cuando vine yo tenía mi vida hecha y tuve que dejar muchas cosas, la experiencia de Venezuela es una escuela”, puntualiza.

Marcos recibió en su despedida múltiples condecoraciones, entre ellas el Sello “Toda la gloria”, por el cumplimiento exitoso de su misión, de igual manera, la Misión Médica Cubana le otorgó el Sello conmemorativo “16 de abril”, mientras la Misión Cultura Corazón Adentro lo hizo acreedor del Sello conmemorativo “26 de abril”. También llegaron a sus manos otros reconocimientos, pero sobre todo, el abrazo y agradecimiento de sus compañeros y del pueblo venezolano. Nunca dejes de soñar, fue el mensaje de sus colegas.

Hoy has llorado con los homenajes que te hicieron y que lleva el agradecimiento de tus compañeros ¿qué ha significado para ti este momento justo a la hora de tu partida?

“Yo siento que fue la manera de decirme gracias, yo no hubiese querido terminar la misión, pero un grupo de problemas personales me hacen regresar, porque la salud va primero, para mí ha sido muy emocionante el encuentro con mis compañeros, con los colaboradores de las Misiones Sociales, yo siempre he estado del otro lado del telón y escuchando cómo reconocen a otras personas que han hecho su labor, hoy me han sorprendido, reitero, pienso que es la manera de agradecerme y de corroborar que aquí he encontrado buenos amigos”.

En el corazón te llevas también el cariño de tus pacientes y de quienes te acompañaron en este momento de tu vida.

“A ellos también les doy las gracias, con cada uno aprendí, siempre traté de hacer lo mejor posible en mi tarea, atender a los hermanos venezolanos y cubanos con cariño. Ellos siempre con sus expresiones de gratitud, el venezolano es hospitalario, es una persona agradecida, siempre hubo gestos que demostraron ese sentimiento, es lo más gratificante que un profesional de la salud de la Medicina Cubana puede sentir en este momento”.

¿Eres mejor persona, mejor cubano, mejor ser humano, mejor artista a partir de esta experiencia en Venezuela?

Sí, he aprendido de cada momento que me ha tocado vivir y como artista también, por supuesto, me ha exigido, esto representa más trabajo, más preparación, cantar las canciones cubanas que representan el sentir de la Patria es complejo y lleva compromisos, uno tiene que tener sensibilidad, es bonito cuando una persona siente y vibra con lo que tú estás cantando, eso es hermoso”

Cuando tomes el avión y llegues a Cuba ¿qué le dices a esta nación hermana?

“Primero que todo, gracias por las cosas que aquí viví, por la experiencia, por todo lo bueno, y por haber compartido con seres maravillosos como los representantes de las Misiones Sociales, le doy gracias por la hospitalidad y por tenerme en cuenta para transmitir el arte que llevo por dentro, a los venezolanos que siempre tuvieron esa gentileza de reconocer mi trabajo les dejo todo mi cariño, aquí pude conocer personalidades de la cultura venezolana, recorrer sitios históricos, todo ello  gracias a la cultura, eso me lo llevo para Cuba”.

Marcos, este joven médico cubano, artista, regresa a la Patria con la utilidad de la virtud en su pecho, y con la certeza de que en esta tierra hermana que lleva en su corazón, se convirtió en un mejor ser humano. 

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