Rotceh

Rotceh

Manzanillo, Granma– “Juego con los niños y aprendo cosas nuevas. Me gusta cantar, bailar, me encanta sonreír.” La voz posee los hilos de ceda de la ternura y las puntadas de la inocencia y la picardía.

Rotceh Yanet Casas Castellanos tiene cuatro años de edad, nació en la cuna del amor de la familia y hoy crece alegre haciendo lo que gusta:  seducir a las personas que la disfrutan sobre el escenario, como integrante del proyecto de Teatro Infantil La Colmenita Corazón Gigante, de esta ciudad.

El próximo primero de diciembre, esta niña manzanillera cumplirá sus primeros cinco años de vida, trayecto que no ha sido color de rosas. Desde que abrió los ojos al mundo, a la hija de Yainé y Héctor, le diagnosticaron una luxación congénita de cadera y pie Baroequino, par de enfermedades que, por ahora, afirma la madre, mantienen a la pequeña en una silla de ruedas.

El pie baroequino es una afección del pie, el tobillo y la rodilla en la que una malformación en los músculos, huesos, tendones y vasos sanguíneos hace que la extremidad apunte abajo y gire hacia adentro.

Según la bibliografía consultada, la enfermedad puede dañar uno o ambas extremidades. Aproximadamente uno de cada mil recién nacidos la tiene, afectando casi el doble a niños que a niñas. A Rotceh Yanet la han intervenido quirúrgicamente en tres ocasiones. Hoy está en La Habana para una nueva reevaluación.

Yainé, la progenitora, valora que la recuperación ha sido “difícil, dura, pero vamos pa’lante. Tenemos mucha confianza, mi niña caminará y yo estaré ahí, siempre, para apoyarla.

“El médico nos dijo que sí, que después vendría la fisioterapia para que comenzara a andar, mientras tanto ella gatea por toda la casa, sube las escaleras, hace todo lo que esté a su alcance. En la escuela se relaciona con los compañeritos, en la casa es otra persona. Sí, yo veo que le ha hecho bien estar en La Colmenita.”

A Rotceh, la niña manzanillera de cuatro años que padece de pie baroequino y luxación congénita de cadera, le gusta cantar y recitar. Ahí la familia vio una luz verde para estimular la fortaleza de la pequeña, algo que desborda de orgullo a Odalis García Pérez.

– Comentan que los nietos se quieren más que a los hijos, ¿qué cree usted?

– “No sabría decirte. Lo que sucede es que las abuelas vemos mucho más “allá” que las madres, tenemos más cuidado y experiencia. Los nietos se quieren, se aman. A la niña le dedico mucho tiempo, estimulando que sea una niña normal, incluso gatea por el paseo (de la calle José Martí, de esta urbe), juega a los escondidos, todo lo que hacen los demás pequeños de su edad del barrio, ella también lo hace. Sí, soy feliz, muy feliz cuando la veo actuar.”

La Colmenita manzanillera Corazón Gigante es un proyecto teatral inclusivo. A casi un año de “repartir” las primeras mieles del cariño y el amor por decenas de sitios, Yaquelín Veliz Montero, la directora, está satisfecha por el avance que muestran una niña, síndrome de Down y Rotceh.

“Tienen tanto derecho como los otros niños. Hacemos un trabajo minucioso y diferenciado por sus características, pero las vinculamos a las diferentes manifestaciones. Es una labor conjunta entre nosotros, los instructores de arte, y el apoyo de la familia. Hoy tenemos a Rotceh y a Salet, que es una niña que padece Síndrome de Down.”

La mirada y sonrisa Rotceh Yanet “perforan” el alma del periodista: “Las abejitas son mi familia”, me dice al cierre y es imposible no emocionarse ante tanta inocencia y ternura, ante la avalancha fuerte de una energía que no tiene límites para vencer cada obstáculo de la aún incipiente vida.

Rotceh es amor y voluntad, la evidencia palpable de que en Cuba los niños, como ella, tienen todas las oportunidades para crecer sanos y felices.

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