Sin alcohol en la cabeza

Sin alcohol en la cabeza

Continúan por estos días las celebraciones tradicionales de la familia cubana en cada fin e inicio de año y ese espíritu festivo que se apodera de casi todos nosotros no nos debe llevar a perder la prudencia en muchos aspectos.

En particular en esta ocasión queremos volver a llamar la atención sobre la seguridad vial y la conducción de vehículos por esta época, tanto entre los choferes profesionales como entre las personas que son propietarias de autos particulares, quienes, con todo su derecho, también van a fiestas y actividades recreativas como cualquiera, pero que no deberían olvidar una recomendación adicional.

Porque en el caso específico de quienes están detrás de un timón, hay que insistir en esa terrible combinación que resulta de manejar e ingerir bebidas alcohólicas, comenta el periodita Francisco Rodríguez Cruz.

No son pocos los accidentes y tragedias que ocurren como resultado de los excesos etílicos en fechas señaladas como estas, por la imprudencia de individuos que quieren hacer ambas cosas a la vez, sin medida ni límites.

Y ya de por sí es bastante riesgoso el hecho de conducir durante estos periodos en que la mayoría de la población se solaza y entretiene, y alguna gente anda en la calle bajo los efectos del alcohol o simplemente con la euforia de la diversión o la prisa por llegar a sus casas, como para también añadir el agravante de ponerse detrás de un volante luego de tomar, o incluso de tomar mientras se maneja.

Es importante que las administraciones y autoridades incrementen su exigencia, y tomen las medidas pertinentes, para que los choferes que transportan personal no prueben ni un traguito mientras estén en esas labores.

En el caso de los conductores particulares también pueden contribuir mucho sus parejas y parientes, que desde el afecto más profundo, pero con firmeza, tienen que reclamar y conseguir que no se ponga en peligro a nadie, en particular cuando se viaja con infantes.

Además, tanto choferes como peatones tenemos la responsabilidad de cuidar de la seguridad propia y ajena, teniendo en cuenta la posibilidad de que sujetos irresponsables, de esos que no escuchan consejos, puedan poner en riesgo su vida y las de quienes se crucen en su camino.

De manera que quien se disponga a ir a una fiesta o encuentro familiar, y tenga intenciones de compartir y tomarse su cerveza, su copa de vino o su trago de ron, pues que cree las condiciones para no manejar.

Si alguien está trabajando o tiene que transportar a la familia, pues que posponga su celebración para un momento privado posterior, cuando pueda beber con la tranquilidad de no tener bajo su responsabilidad la vida de otras personas, ya sean sus colegas del centro laboral o sus familiares más cercanos.

Concluyamos e iniciemos el año con alegría y éxitos, en compañía de las personas que nos importan y a quienes queremos, pero no olvidemos durante los próximos días que si la cuestión es de manejar, lo mejor es hacerlo —definitivamente— sin alcohol en la cabeza.

(Fuente: Haciendo Radio)

 

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