Ciencia y ternura, para curar a Venezuela

Hay gente que habla de amor, y no lo irradia. Hay otros, como la enfermera cubana Dailé Almaguer Valls, que ofrecen el corazón a cada paciente, a cambio, tal vez, de un sano abrazo en la despedida.

Ella, que en su querido Granma combina ciencia y ternura para cuidar a pacientes con dolencias nefrológicas, ha cumplido 2 misiones internacionalistas en Venezuela, cada una con características e historias que las hacen especiales.

“La primera misión fue en el Centro de Alta Tecnología del estado Bolívar, donde fui la enfermera del cardiólogo. La segunda, en Caracas, ha sido diferente. Llegué en momentos duros de enfrentamiento a la Covid, como parte de la Brigada Ché Guevara, para atender colaboradores cubanos contagiados. Fueron días muy duros, pero no tuvimos fallecidos. He rotado por varios CDI, hasta que hace un año, trabajo en Guardia de Honor, con jóvenes soldados y oficiales venezolanos”.

Según Dailé, el momento más complejo de su experiencia como enfermera lo vivió en Cuba. “Fuimos a apoyar a Morón en su lucha contra la Covid. Allí me dolió mucho perder a una embarazada de 25 años, por la que hicimos todo, pero no pudimos salvar. Lloré mucho. Fue duro ver a tantos cubanos muy enfermos o fallecidos por la enfermedad. Pero, bueno, pudimos vencerla.”

Por suerte, tras las más duras peripecias, la gente de amor siempre encuentra el camino. Para la seño Dailé, la felicidad pasa por el Centro de Diagnóstico Integral “Guardia de Honor”, donde se siente necesaria.

“Aquí atiendo a jóvenes soldados, algunos muy necesitados de cariño, así como de atención médica. Ellos se alegran mucho de vernos, conversan con nosotros, en fin, somos casi familia. Siento mucha alegría cuando se recuperan de sus dolencias, típicas de la vida militar.”

En Cuba, en Venezuela y donde la lleve la vida, Dailé Almaguer Valls sanará a otros, con ciencia y ternura. En ella, como en tantos otros profesionales de la Misión Médica Cubana, hay un corazón que se ofrece sin reparos, al que le aguardan muchos sanos abrazos de despedida.

“Creo que mi fuerte como enfermera es mi corazón: un corazón noble, que duele con todo lo que sufre el paciente».

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