Cuba existe, insiste y persiste

La soberanía e independencia de Cuba es un acto de principios y de fe que cuesta caro a los ojos del mayor imperio del mundo.

Decididamente este archipiélago está destinado a mantenerse como un bastión de resistencia para todos los tiempos mientras exista un enemigo tan poderoso que se niegue a sostener relaciones normales en el orden económico y financiero y eso significa reconocer que la política de bloqueo es inhumana, cruel y daña a todo un pueblo.

Dicho esto, que no es nuevo, se impone entonces continuar labrando nuestro propio destino, el de la mayoría de los cubanos que decidimos por nuestro modelo socialista, para enfrentar todo lo que venga, conscientes de que el final no puede ser otro que la victoria.

Mantener una comunicación con el pueblo, explicarles lo que se nos viene encima, la necesidad de ¨acomodarnos¨ económica y familiarmente, fueron principios en los que educó Fidel, la verdad ante todo, porque confió en la capacidad del pueblo no solo para entender, sino también para acompañar los momentos más difíciles de la Revolución, que no han sido pocos, y avanzar en pos de alcanzar nuestras propias metas.

Ahora vivimos otro momento similar, muchas generaciones ya han pasado y algunas, las más jóvenes, no conocieron, quizás sí a través del conocimiento de nuestra historia o lo que pudieron contarles sus padres o abuelos, cómo en situaciones tan complicadas, la épica de la Revolución se escribió en mayúsculas para levantarnos, no claudicar ante nada y salir adelante.

No son meras palabras, los hechos están ahí, tanto que hemos podido llegar hasta aquí, de ¨batalla¨ en ¨batalla¨, contra viento y marea, contra sanciones que se incrementan para cortar todos los suministros hacia el país, persecuciones financieras, campañas difamatorias contra Cuba y su gobierno en las redes, contra la incitación al odio y en aras de contrarrestar cada acción para contribuir a salvar una vida como sucedió durante el enfrentamiento a la COVID.

Cada pequeño avance del país cuesta y bastante, porque tiene lugar en condiciones más difíciles que en cualquier otro sitio en el planeta, situada unilateralmente en una espuria lista de supuestos países ¨patrocinadores del terrorismo¨, con una Espada de Damócles pendiendo sobre nuestra economía que también alcanza a terceros países. La batalla en ese campo tiene muchos, demasiados obstáculos, por eso cada día de resistencia y cada año de Revolución, se convierte en nueva victoria.

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