Protección de la vida y los recursos de la economía claves en Granma

Manzanillo, Granma. – Cuando aún permanecen frescas en la memoria de sus habitantes lo sucedido con las precipitaciones del pasado mes de junio, nuevamente, un evento similar pone a prueba la capacidad de actuar del pueblo de la oriental provincia de Granma, en fase de alerta por lluvias intensas desde la tarde del jueves, junto a Las Tunas, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo.

Como orientó la máxima dirección política y gubernamental granmense, en el municipio de Manzanillo se suspendieron las actividades docentes en las diversas educaciones, los espectáculos públicos del arte, la cultura y el deporte, la venta de bebidas alcohólicas y agilizan la comercialización de alimentos en mercados agropecuarios y otras unidades del comercio.

Casi hasta la medianoche de hoy, los integrantes del grupo de trabajo temporal de esta costera localidad granmense evaluaron las acciones a desarrollar para preservar la vida de las personas y sus bienes y los recursos del Estado y la economía.

Aquí ya es un hecho que, como consecuencia del desbordamiento del Río Jibacoa, ya están aislados los residentes en la comunidad de Secadero, con cuyos actores sociales sostienen comunicación constante y permanece allá un médico para garantizar los servicios de salud de ser necesario.

Reynier Beltrán Sánchez, primer secretario del Comité Municipal del Partido en este territorio granmense, señaló que los administrativos de las empresas y entidades son responsables de la rápida protección de los recursos que el Estado garantiza para la población e hizo hincapié en la disciplina y la sobriedad del pueblo ante la actual situación hidrometeorológica.

“Nosotros tenemos que tomar medida a este nivel todos los días, igual tiene que hacerlo la familia en sus hogares. Hoy tenemos mejores condiciones con teléfonos celulares, lámparas recargables y linternas, pero hay que mantenerlas con vitalidad por si sucediera algo con el servicio eléctrico mantener la comunicación”, concluyó Beltrán Sánchez.

Por su parte, Rossio Naranjo Figueredo, presidenta del Gobierno local requirió una labor persuasiva para que las personas protejan sus vidas, sin ofrecer resistencia y manifestar confianza.

Naranjo Figueredo apuntó que en estos instantes, están disponibles los medios de transporte para trasladar a lugares seguros a los manzanilleros que residen en sitios bajos, proclives a inundaciones por el desbordamiento de los ríos.

La dirigente gubernamental insistió en el tratamiento ágil y eficaz a las embarazadas, los niños con padecimientos de baja prevalencia y pacientes con enfermedades crónicas.

En la reunión, el vice intendente en funciones Osvaldo Incencio Piñeiro, aseveró que mantienen una vigilancia permanente de los ríos y la evolución de la presa Paso Malo, que de verter aguas, afectaría las zonas bajas del territorio manzanillero.

Incencio Piñeiro puntualizó las diversas tareas que asumen los subgrupos de trabajo de agua, alimentos, energía, transporte, salud pública, Educación, turismo y construcción y que vigilan la evolución de las presas y ríos.

Manzanillo cuenta con cinco centros docentes internos con una matrícula cercana a los 1 500 estudiantes. El máster en ciencias Yordan Polo Guisado, director municipal de Educación, aseguró a la prensa que “todos están a buen resguardo. Contamos con la alimentación y los servicios sanitarios para atenderlos de ser necesarios.

“Decidimos autorizar a algunos padres que llegaron antes de las lluvias, que trasladaran a sus hijos a los hogares y mantenemos en el Centro Mixto Emilio Lastre la mayor cantidad de la matrícula porque son alumnos que residen en zonas bajas como Sitio – Remate, Jibacoa y Cayo Espino. Protegimos los equipos del programa audiovisual educativo”, concluyó Polo Guisado.

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