Según nos explica en su libro 100 preguntas sobre Historia de Cuba, la doctora Francisca López Civeira, hacia el año 1926, el gobierno de Gerardo Machado al decidir que Cuba fabricara menos azúcar como medida que favorecía arancelariamente a los Estados Unidos, provocó que la industria cubana no pudiera seguir creciendo.
Para ese entonces, Cuba comienza a producir menos azúcar con relación a la capacidad industrial que tenía instalada por lo que esa importante industria no pudo seguir creciendo.
Baste recordar que nuestro país era monoproductor, y dependiente del mercado estadounidense, por lo que la situación de estancamiento de la industria azucarera provocó el decrecimiento económico en su conjunto.
Así las cosas, esa baja producción azucarera trajo como consecuencia una profunda crisis en la economía de la isla a partir de mediados de los años 20 del pasado siglo. Habían llegado los días de las “vacas flacas”.
Justamente entre los años 1925 y 1926 se construyó el último central azucarero en Cuba.
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