La historia de Cuba nos cuenta que en los inicios de la conquista española en Cuba, se comenzó a ordenar el poder político por parte de la Metrópoli.
La monarquía española, a medida que expandía los territorios que iba conquistando en esta parte del mundo, fue estructurando formas organizativas de gobierno, lo que llevó a la creación del Real y Supremo Consejo de Indias en el año 1520.
Y fue así como poco a poco se fueron estableciendo los mecanismos de dominación.
En los territorios que fueron conquistándose también se crearon estructuras de gobierno y control. En el caso de Cuba, se nombró un Gobernador, (con el tiempo Capitán General), quien dependía directamente de la Corona española.
Además, la estructura de gobierno y control estaba formada por otros funcionarios como el veedor, el contador y el tesorero; mientras que en las villas se organizaron los gobiernos locales en forma de cabildos.
Los cabildos estaban en manos de los vecinos del lugar y fueron el origen de las oligarquías locales las cuales tuvieron las primeras contradicciones con el gobierno central, pues como era lógico suponer, sus intereses estaban en su localidad y no en España.
Para controlar el comercio, sobre el que España ejerció un monopolio absoluto hasta el siglo 19, se instituyó la Casa de Contratación de Sevilla.
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